Errores de maquillaje, errores de cálculo

Por Anita C.

Errores de maquillaje, errores de cálculo

Nos hemos maquillado miles de veces... Pero ¿por qué demonios, una mañana tras arreglarnos como de costumbre, parecemos Christina Aguilera en uno de sus mejores días? Debe ser una maldición que sufrimos, de vez en cuando, toda mujer y de la que no se libran ni siquiera las famosas. Sólo en Glupglup te desvelamos este 'expediente X' que nadie se ha atrevido a resolver. 

Normalmente, para maquillar y peinar a una modelo antes de una producción de moda el experto suele tardar como mínimo una hora y media. Ahora, recuerda cuánto tiempo le dedicaste a tu make-up antes de acudir a una cita con el que pudiera ser el hombre de tu vida o, peor aún, para una entrevista de trabajo. ¿Quince minutos como máximo? Si eres de las que se levanta con la hora pegada al culo o lo dejas todo para el último momento (como es mi caso) probablemente, en tres minutos has dado el último brochazo o, pasas al plan B: convertir el viaje en metro en tu sesión de belleza. Pues, por si no has caído en la cuenta, justo en esas situaciones es cuando la pifiamos. Sí.  De pronto el conductor del metro pega un frenazo y terminamos perfilando nuestro ojo, la sien y la oreja del caballero que va sentado al lado.

El mejor consejo que podría darte es que te dediques más tiempo en ponerte guapa; que es tu momento; que tu cara es como un lienzo; que juegues con los colores y chorradas de ese estilo, que por más que una se lo repita mil veces, al final con las prisas y el estrés de nuestras vidas: nos las pasamos por el forro de la chaqueta

La mayoría de las mujeres no somos un desastre maquillándonos, simplemente se nos dan mal las matemáticas a las siete de la mañana: un eyeliner de 0.1 mm de espesor lo interpretamos como 1 cm. Seguro que a Tales de Mileto también le pasaba.

Como mujer práctica que soy, aquí vans algunos trucos exprés para solventar esos pequeños errores para no ir hecha un cuadro todo el día y, como consuelo, una muestra de celebrities que arruinaron su imagen por un simple fallo de cálculo.

 

Cuando el ojo ahumado lo convertimos en ojo maltratado

 Las marcas y maquilladores nos llevan dando la matraca de lo sexy que es un ‘smokey eyes’, ya sabes, perfilar los ojos, aplicar una sombra oscura en el párpado móvil y difuminarla hasta que no haya un mañana. Pero esta técnica no es más fácil que pintar al carboncillo, créeme (o se debe a que siempre suspendía dibujo en el colegio).

Error más común del smokey eyes: Pasarnos con la cantidad de sombra que aplicamos.

Consecuencias: después de quince minutos sin parar de difuminar (con el susodicho dolor de muñeca que eso supone), la sombra te llega al pómulo, parece que tienes ojeras o que te has hecho gótica a edad tardía.

Consejo de andar por casa: ponte gafas de sol y finge que tienes una conjuntivitis terrible.

Truco exprés: aplica sombra clara sobre ella. Si el pigmento oscuro ha invadido el párpado inferior (no llores que es peor): cúbrelo con corrector o base de maquillaje y retira los restos con un pañuelo de papel (sin arrastrar el color, dando toquecitos).

Taylor Momsen, la hermana secreta de Fétido Addams.

 

Cuando nos aplicamos el fondo de maquillaje a modo de máscara

Estamos de acuerdo en que la base de maquillaje debe ser del color más parecido al de nuestro cutis, ¿verdad? Es una lección que todas tenemos muy bien aprendida pero fíjate que rara es la mujer que no ha tenido un episodio de locura transitoria (correlacionado con la vuelta de las vacaciones playeras de su compañera) y ha decidido aplicarse una base más oscura.

Error más común con los fondos de maquillaje: extenderlo por el rostro y olvidarte de que tienes un cuello, orejas y un escote.

Consecuencias: además de pringar la pantalla del móvil cuando hablas, parecer el rey Baltasar que sale en la cabalgata todos los años.

Consejo de andar por casa: ponte un pasamontañas como si acabaras de robar un banco. Gracias a la crisis que sufrimos, todo el mundo lo va a comprender y nadie te va a denunciar. Si te mueves por círculos más selectos, presume de haber esquiado el último finde en Baqueira Beret.

Truco exprés: extenderlo por las partes de tu cuerpo olvidadas y retirar con un tisú los excesos. Puedes aplicarte una FINA capa de polvos más clara pero asume que si tienes arrugas, ese día, no va a colar que tienes taytantos.

 

Christina Aguilera no sólo tiene voz de negra sino que se empeña en serlo una y otra vez.

 

Cuando nos pasamos con el colorete y parece que le damos al aguardiente

Un día, leí que si el blush te lo aplicas ligeramente sobre el pómulo en forma circular y en un tono rosado o melocotón, simula el rubor natural y en consecuencia, te hace más joven. Quiero pensar que me salté la palabra clave del reportaje (“ligeramente”) o que empapé demasiado la brocha… El caso es que esa noche en la fiesta a la que asistí, me preguntaron siete veces si tenía calor y cinco si tenía fiebre.

Error más común con el colorete: interpretar el concepto rubor como ‘chapetas a la holandesa’.

Consecuencias: parecer Heidi con treinta años más.

Consejo de andar por casa: fingir que tienes fiebre, que sufres un brote de timidez temporal o ya puestos, si estás en una fiesta, demostrar que eres mejor que Lina Morgan haciendo de borracha.

Truco exprés: cubrir tus pómulos de nuevo de maquillaje para bajarle una pizca la intensidad.

¿Mischa Barton sufriendo un orgasmo espontáneo?

 

Cuando nos pintamos de rojo los labios, los dientes, el bigote y… lo que haga falta

¿Cómo es posible que el labial más glamuroso de la historia pueda convertirnos en una participante de ‘Mujeres, hombres y viceversa’ por un simple desliz? Una simple mancha de carmín en un diente o en la comisura y, da igual que lleves un vestido de Dior y un recogido griego, que pareces ‘la Chari’.

Error más común con el labial rojo: maquillarte la boca saltándote los límites naturales de los labios.

Consecuencias: ser Joker por un día.

Consejo de andar por casa: no comas costillas cuando lleves los labios pintados de rojo.

Truco exprés: por suerte hay varios. Aplicarnos una base para labios o utilizar un pincel labial puede ayudar a fijar mejor el color y no salirnos del contorno la de boca. Si te ha temblado el pulso retira la mancha con un bastoncillo de algodón y luego cubre esa zona con corrector.

Paris Hilton después de comerse a un hombre (evidentemente, sin cocinarlo en la Thermomix).

Cuando nos maquillamos las cejas a lo Cara Delevingne   

 Si Kate Moss nos hizo flaco favor poniendo de moda los pitillos, Cara Delevingne nos ha arruinado la vida a todas aquellas que llevamos años depilándonos las cejas. Después de aguantar siglos de tortura, podría esta modelo ser nuestra salvadora. Por fin alguien ha escuchado nuestras plegarias y se ponen de moda los cejones. Pero no nos equivoquemos: esta tendencia llega tarde para algunas. Como dice el dicho: donde no hay mata, no hay patata y, los folículos de nuestros pelos han sido tan maltratados durante demasiado tiempo que sólo unos pocos valientes se atreven a sacar el pescuezo. ¿Solución espantosa? Colorear las cejas.

Error más común: Pintarlas muy oscuras.

Consecuencia: convertirnos en un clon de Gargamel (el malo de los Pitufos).

Consejo de andar por casa: pintarte un bigotito a juego.

Truco exprés: difuminar el pigmento con pincel, un algodón o papel higiénico si fuera demasiado. Cualquier cosa vale con tal de no parecer un señor.

Si llego a saber que disfrazándome de Groucho Marx me ligaba a Brad Pitt, me hubiera hecho con una caja de Rotring del 0.8.

Cuando nos volvemos adictas a correctores, iluminadores y todo lo que tenga forma de lápiz-brocha

Sin duda, estos productos son como varitas mágicas para nosotras pero fácilmente se convierten armas de autodestrucción, especialmente cuando pasan los años y rara vez te levantas con buena cara. Lo confieso: si una mañana me miro al espejo y me veo radiante, grito aterrorizada pensando que he sido poseída por un espíritu que habita en mi casa (aunque este espíritu sea la repera de guapa).  

Error más común con los correctores: utilizarlos a modo de Tipex.

Consecuencia: parecer un oso panda.

Consejo de andar por casa: decir que tienes la misma enfermedad de la piel que Michael Jackson. Con un poco de suerte puedes escaquearte del trabajo para ir al “médico”.

Truco exprés: retirar con un tisú los excesos y cubrir con maquillaje.

Eva Longoria haciendo un homenaje a Chu-lin, el oso panda que los reyes de España trajeron de la China... 

Cuando nos enloquecemos y nos ponemos todas las sombras del mercado de una vez

Los dúos son ideales, pero los tríos… ¡Son la bomba! Pues en maquillaje sucede lo mismo: cuantos más colores tenga el estuche, sentimos más emoción al aplicarlos. ¿Problema? No es fácil saber combinarlos.

Error más común: combinar tonos que chocan y parecer la reencarnación de Sara Montiel.

Consecuencia: lucir un llamativo arco iris en cada ojo.

Consejo de andar por casa: las gafas de sol y la mentirijilla de la conjuntivitis es muy socorrida. Utilízala otra vez.

Truco exprés: sigue el consejo de ‘andar por casa’. Aquí no hay ni truco ni solución que valga. Por desgracia... Incluso los errores de maquillaje se pagan. 

Jennifer Lopez con sombra de ojos a juego con los pendientes. ¡Cómo le encanta ir 'conjuntá!

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Este artículo lo ha escrito...

Anita C.

Anita C. (Madrid, 1974). Redactora freelance de moda y belleza y madre de un niño y una niña. No le da vergüenza admitir, que no lleva nada bien lo de cumplir años, ni pasar todas sus tardes... Saber más...