Hoy comemos en... Hipódromo London pub

Hoy comemos en... Hipódromo London pub

¿Un London Pub en Madrid? La pregunta es si sus hamburguesas superarán la prueba de fuego a la que nuestra crítica las somete, su paladar. En esta batalla sólo se puede vencer o morir, ¿saldrán con laureles o entre bocinazos?

Hace mucho que Master Burger no sale a la calle en busca de la mejor hamburguesa del mundo mundial, así que como estamos algo nostálgicos, hemos rebuscado nuestros pantalones con goma en la cintura y nos hemos lanzado a la aventura. En el norte de Madrid, en San Sebastián de los Reyes, encontramos el Hipódromo London Pub, un bar restaurante ambientado como el típico sports bar, con una carta breve y lo más importante: hamburguesacas.

Una hamburguesa con nombre Zarzuela no puede estar mala. ¿Buenos presagios o sólo falsas expectativas? Sólo hay una persona capaz de averiguarlo. Nuestra temible crítica se sacrificará por todos

Al entrar en el local, con dos salas, reparamos en que estamos en España y comemos tarde. Es domingo, son las tres y el local está hasta los topes. Un chico (bastante guapete, por cierto) nos acopla en una segunda sala que no tiene el encanto de la primera que tiene mesas con banco en los ventanales que dan a la calle, y una luz más tenue que le da ese toque inglés que tanto nos gusta. Las mesas son de madera oscura, y los techos de un verde típico del día de San Patricio. En las paredes hay carteles de competiciones hípicas en distintos hipódromos españoles, que ambientan el local y lo convierten en un sports bar dedicado al mundo de la hípica.

Tras ojear la carta, nos decidimos rápido, pero a pesar de que esta vez hemos sido ágiles con la elección, vemos como tres camareros se pasean de un lado a otro como pollo sin cabeza durante diez largos minutos en los que miraba a las demás mesas y pensaba que ese hambre iba a conseguir hacerme un agujero del tamaño de la cabeza de Ernesto Sevilla en el estómago. Uno de los chicos se acerca y nos explica que sólo uno toma las comandas, y que hay mucho jaleo. Entendible si tienes de camareros a tertulianos de Sálvame, pero estos chicos parecen gente con dos dedos de frente. Esa política no la entiendo ni la entenderé, pero en fin, no estoy aquí para medir esos parámetros, sino los hamburguesiles.

Cuando nos toman nota, nos trae cerveza y Coca-Cola (no desvelaré el nombre de la borracha de la pareja) y un aperitivo de unos nuggets sin nada. Un aperitivo poco acertado, cuando las aceitunas de este país son tan buenas y los clásicos nunca mueren. Pedimos unos langostinos kataifi con salsa agridulce de frutos rojos. El langostino estaba perfecto de punto, y la salsa agridulce tenía un sabor sorprendente y muy agradable, con un final ligeramente ácido muy refrescante. La pega: nada de sal, y una tripa que no se había quitado en los langostinos, y que personalmente me resulta desagradable. Sobre todo cuando el plato cuesta doce euros y trae cinco piezas. Junto con los langostinos nos trajeron un segundo aperitivo de pâte casero, con unas tostadas de pan. Increíblemente rico y cremoso. Un diez para el restaurante.

La menda pidió la "Son Pardo", una hamburguesa de carne de vacuno con queso havarti, mezcla de setas, brotes de lechuga, tomate y bacon crujiente. Vamos por partes porque esta burger es digna de disección. De dentro a fuera, diré que la carne era de ternera blanca, con un color mucho más apagado que las que acostumbró a comer, más sosa de sabor que la carne de añojo o de buey. Nadie nos preguntó el punto de la carne, y para mí estaba demasiado hecha y demasiado seca. El queso havarti en su línea espléndida de sabor ideal para estos menesteres, suave pero dando el punto justo de sabor a queso. El tomate raf y los brotes muy frescos y el bacon más crujiente que he comido, con un corte grueso y un sabor tan auténtico, que estaba de rechupete. La mezcla de setas, que espero que en temporada lleve una mezcla fresca, se notaba que era de bote donde pierden todo el sabor a tierra que tienen. Y el pan. Vaya pan. Era pan, pan. Mención especial, y muy sobresaliente. Un pan casero al 100% con un sello corporativo, un logo a fuego que es original y que demuestra el cariño que ponen en cada una de las hamburguesas que hacen. El acompañamiento, unas patatas fritas caseras con pimentón, muy ricas y que se salen de lo corriente. En resumidas cuentas, una hamburguesa que resulta algo pretenciosa, pero que tiene un potencial muy bueno y un futuro bastante prometedor.

Mi media langosta pidió la Zarzuela, una hamburguesa de 180 gramos de carne con queso havarti, bacon, tomate, lechuga, cebolla caramelizada y salsa "jockey". El bacon y la cebolla caramelizada estaba de diez. La carne, al igual que la mía, estaba demasiado hecha, y la salsa especial era tan escasa, que no supimos de que era.

El postre, porque ya que nos saltamos la dieta lo hacemos con un doble tirabuzón hacia atrás, fue una tarta de queso casera con frutos rojos. Qué sabor. El requesón la hacía tan cremosa que se deshacía en la boca. No llevaba base y dejaba el sabor suave al queso. La salsa de frutos rojos era espectacular y acompañaba perfectamente a la tarta. Un fin de fiesta como dios manda en nuestra jornada en el Restaurante Hipódromo.

Al pedir la cuenta, el camarero que se disculpó por la tardanza nos sirvió dos copas de champan. El ambiente fue muy agradable durante toda la comida, y la verdad es que el lugar invita a volver, y a probar todas las especialidades en combinados y cocktails y el resto de la carta. Y muchos gintonics y más gintonics.

 

VEREDICTO

 

Decoración: Notable. Estaban decorados en consecuencia a lo que se definen, un london pub.

Servicio: Notable. A pesar de la espera a la hora de tomar la comanda, fueron muy educados y estuvieron muy pendientes de nosotros.

La mesa: Notable. La obsesión por los platos de pizarra es como la fiebre de los cupcakes, todos deseamos que se pase, aunque en realidad a todos nos gustaría saber hacerlos.

Gordon Ramsay opina que la comida era: Notable bajo . Las hamburguesas eran buenas aunque mejorables, pero la tarta era tan rica que ella merece un sobresaliente por sí sola.

Guita: Entre 20 y 25 euros por barba, con postre. La relación calidad-precio es buena.

 

Y ahora el veredicto de los jueces de la hamburguesa, que es lo que nos trae a todos aquí. En este caso se somete a votación la SON PARDO del restaurante Hipódromo.

Presentación : ★★★★

Aspecto: ★★★★

Olor: ★★★★

Tamaño: ★★★★

Jugosidad: ★★

Sabor de la carne: ★★

Ingredientes: ★★★

Originalidad: ★★★

Pan: ★★★★★

Sabor en conjunto: ★★★

 

Puntuación total: 6,8

 

 

HIPÓDROMO LONDON PUB
C/ Francisco Ayala 12
San Sebastián de los Reyes (Madrid)
hipodromolondonpub.es
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Este artículo lo ha escrito...

Anabel Palomares

Ana Belén Palomares (Madrid, 1986). Diplomada en fisioterapia, pero dedicada al mundo de la moda en una de la mayores cadenas de España, esta chica madrileña vive entre libros de cocina y discos... Saber más...