Hoy estoy muy seta

Hoy estoy muy seta

Amanitas, Boletus, Trompetas de la Muerte, Gulas de Monte,… En Glup Glup no hay nada que nos guste más que una buena ración de setas, salvo quizás triscar por los montes en su búsqueda.

 

Albricias y repámpanos. Por fin llegó la temporada de setas. Una temporada tan breve que sólo te da tiempo a coger un par de resfriados antes de que se acabe, pero eso nos hace disfrutar de ella el doble o el triple, si eso es posible. Y con setas no nos estamos refiriendo a las alucinógenas (aunque estas son un tipo de condimento que hacen que todo lo que cocines, hasta los huevos en polvo, sepa de RECHUPETE, una tentación para los realmente novatos en la cocina) sino de ese manjar auténtico, delicioso, bajo en calorías y lleno de beneficios que son las setas silvestres y que sólo se pueden encontrar en nuestro país en esta época del año.

En Glup Glup te recomendamos que NO vayas tú solo al bosque a pillar setas. Tomar peyote es más fácil y menos peligroso.

Chupadas de cocinar, las setas son un recurso fácil y exprés cuando quieres tirarte el pegote delante de tus invitados y dar la impresión de que has pasado horas en la cocina, pero realmente llevas toda la tarde en el sofá viendo The Good Wife mientras te haces la manicura. Sí, sabemos que la mayoría de las setas silvestres son caras, pero, dados los resultados, valen su precio en oro y siempre te saldrán más baratas que pedir a La Nevera Roja o a Just Eat cuando se te presente gente en casa sin avisar o la cagues quemando el guiso.

En Glup Glup, siguiendo nuestra tradición de artículos con recetas exprés (puedes consultar nuestras sugerencias sobre postres rápidos aquí y el artículo sobre Cinco recetas de huevos en cinco minutos aquí), hoy te damos ideas para que usando estos productos milagrosos del bosque puedas hacerte unos “cenorrios” de impresión en un periquete. Para cuando realmente estés muy seta.

 

LA BRUSCHETTA “ESTOY REALMENTE SETA”.

Para cuatro.

¿Invitados especiales para cenar y esperan que te pases horas en la cocina haciendo el pino puente con la mandolina? Por suerte para ellos y para ti esta receta se hace un periquete con unos resultados realmente increíbles.

Está receta admite lo que tú llamas "flambear" y los de tu seguro del hogar "causa del incendio: negligencia en la cocina".

Qué necesitas:

500 gr. de setas silvestres variadas, 3 dientes de ajo, el mejor pan que puedas encontrar, aceite de oliva extra virgen, mantequilla, limón, perejil picado, sal y pimienta y un poco de romero o tomillo fresco.

Cómo se hace:

Limpia bien tus setas con ayuda de un paño de cocina un poco humedecido y parte en láminas las que sean más grandes. Haz rebanadas con el pan y tuesta ligeramente. Calienta una sartén a fuego fuerte lo suficientemente grande como para que puedas colocar todas las setas en una sola capa. Cuando esté bien caliente, añade un chorrito de aceite y las setas. En vez de removerlas con ayuda de una espátula menea la sartén para que se empapen bien del aceite. Añade los ajos picaditos, el romero o el tomillo fresco y vuelve a menear el conjunto. Salpimenta a tu gusto y siéntete libre para añadir un poco de guindilla, unas gotas de tabasco o, ¿por qué no?, un chorrito de algo alcohólico. Pasados cinco minutos las setas habrán reducido su tamaño. Añade en este momento una nuez de mantequilla y un chorro de zumo del limón. Vuelve a menear y deja un par de minutos más. Las setas ya deben estar hechas y presentar un aspecto cremoso. Si no lo hacen, añade un par de cucharadas de agua y vuelve a menear. Coloca las rebanadas de pan en una fuente y corona con un poco de setas en cada una. Espolvorea perejil picado por encima y ya está.


 

EL RISOTTO “ESTOY MUY SETA Y A DIETA”.

Para cuatro.

El otro día estaba sola en casa, llovía a mares y necesitaba una ración de ánimo para levantar el día, así que me hice esta receta que me hizo feliz y venía sin contraindicaciones. Ya sé que el risotto tiene fama de ser un plato muy difícil, pero realmente es cosa de estar concentrado durante unos veinte minutos frente a la cacerola mientras escuchas decir estupideces por la radio.

El punto perfecto del risotto es ese en el que tienes mucha hambre y la tienes YA.

Qué necesitas:

1 cebolla pequeña, 1 ramita de apio, 400 gr de arroz tipo arborio o carnaroli, un puñadito de boletus deshidratados, 300 gr de boletus, medio vaso de vino blanco, 1 y ½ litro de caldo de pollo, sal y pimienta, unas ramitas de perejil, queso rallado 0%, un limón y aceite de oliva virgen extra.

Cómo se hace:

Pon el caldo en una cacerola y calienta. Cubre los boletus deshidradatos con agua en un bol. Pica la cebolla y el apio lo más fino que puedas y saltea en una cacerola a fuego bajo, unos diez minutos aproximadamente. Cuela los boletus pero no tires el agua, se la puedes añadir al caldo de pollo para un extra de sabor. Escurre bien los boletus desecados y añade al sofrito de cebolla y apio. Rehoga hasta que cambie de color. Es el momento de añadir el vino (y de que tu cocina empiece a oler a paraíso). Deja que se evapore el alcohol y añade el arroz, remueve suavemente, salpimenta un poco y deja rehogar un par de minutos para que todo coja su color. Con ayuda de un cacito ve añadiendo el caldo de la siguiente manera: añade un cacito, remueve bien todo, deja que el arroz absorba y vuelve a añadir otro. El arroz tarda en hacerse unos 20-25 minutos aproximadamente y tendrás que estar pendiente de ir añadiendo el caldo poco a poco. Mientras tanto, lamina los boletus frescos, enciende una sartén y cuando esté bien caliente, hazlos a la plancha con un poco de aceite, sal y perejil picado. Comprueba una vez más si el arroz está a tu gusto y lo suficientemente cremoso como para pasar por un risotto. Si no es el caso, tendrás que añadir un poco más de caldo. Tapa la cacerola y deja reposar durante cinco minutos.

A la hora de servir pon una buena cucharada de risotto en cada plato, coloca encima los boletus a la plancha y termina con un poco de queso rallado 0% y más perejil.


 

LA CREMA “ESTOY TAN SETA QUE DOY PENA”.

Para cuatro.

Para esos días que hace un frío que pela y necesitas un abrazo, pero encima te toca hacer la cena y tender una lavadora (por no mencionar revisar el informe para la reunión de mañana).

Esta receta está en el apartado de Cosas Marrones Que Jamás Comerías De Pequeño.

Qué necesitas:

1 puñadito de setas deshidratas (en Lidl encontrarás una buena selección a un precio estupendo), 600 ml de caldo de pollo (o de verduras si eres vegetariano), 600 gr de setas silvestres mixtas, aceite de oliva extra virgen, 2 dientes de ajo, 1 cebolla, mantequilla, tomillo y romero frescos, 1 vaso de vino blanco, 2 cucharadas de queso mascarpone, 1 limón, sal y pimienta.


Cómo se hace:

Pon a remojo las setas deshidratadas. Pica la cebolla, los dientes de ajo y saltea en una cacerola con un chorrito de aceite de oliva a fuego medio-bajo. Mientras tanto, limpia las setas silvestres y pártelas. Reserva unas pocas para decorar el plato final. Añade al guiso las restantes y remueve. Salpimenta y añade el tomillo, el romero, la mantequilla y, si te sientes atrevido, un poquito de guindilla. Escurre las setas desecadas sin tirar el líquido y añade también al guiso. Cuela el líquido y añádelo también. Remueve la mezcla bien y deja que se rehogue lentamente durante unos veinte minutos. Pasado ese tiempo añade el vino, deja que se evapore el alcohol y añade el caldo. Cuando llegue a ebullicion, baja el fuego y deja cocer durante otros veinte minutos. Pasado ese tiempo, tritúralo con ayuda de la batidora y añade el mascarpone, removiendo hasta que se deshaga. Sirve con tostaditas de pan, las setas que has reservado para adornar pasadas por la plancha, perejil picado, un chorrito de zumo de limón y, si ya eres un sibarita total, un chorrito de aceite de trufa. Chanante total.

 

EL GUISO “HASTA SETA BESAN POR DONDE PISO”.

Para cuatro.

Este guiso requiere un poco más de tiempo que las demás recetas pero la buena noticia es que lo puedes hacer en la olla exprés o con antelación y congelarlo con resultados excelentes con las visitas inesperadas.

Todo el mundo sabe que los guisos saben mejor cuando se sirven en una cacerola de Le Creouset. 

Qué necesitas:

1 litro de caldo de ternera, 1 copa de vino tinto, 1 kg. de carne de ternera para guisar en cubitos, 500 gr de champiñones, 3 dientes de ajo, 1 cebolla, 5 zanahorias limpias y sin piel, 60 gr de harina, un puñadito de secas deshidratadas, tomillo, 50 gr de queso Stilton u otro queso azul, aceite de oliva, sal y pimienta.

Cómo se hace:

Calienta el vino tinto y el caldo en una cazuela y añade el puñadito de secas deshidratadas. Deja macerar en el líquido unos 10 minutos, extrae y, tras escurrirlas bien, trocea. Salpimenta bien la carne de ternera y pásala por harina. Dora en una cazuela en la que previamente has calentado un poco de aceite de oliva. Reserva los trocitos dorados en una bandeja cubierta con papel de cocina. En la misma cazuela y con un poco más de aceite, rehoga las verduras: la cebolla, los ajos y las zanahorias. Salpimenta a tu gusto y échale una ramita de tomillo. Deja que se ponga todo blando durante 10 minutos y añade las setas desecadas y los champiñones. En cuanto se dore, añade la carne, el caldo con el vino y una cucharadita más de harina. Remueve bien y deja cocer durante 1 hora o, si tienes prisa, ponlo todo en la olla exprés y finiquitalo en un pis pas. La carne debe quedar tierna y jugosa. Sirve este tremebundo guiso en platos hondos y adorna con trozos de queso Stilton y ramitas de romero. Está más bueno si lo acompañas de media barra de pan y ningún arrepentimiento.

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Este artículo lo ha escrito...

Rebeca Rus

Rebeca Rus (Madrid, 1974) es creativa publicitaria, escritora, columnista y responsable de la sección de cocina de la Revista Cuore. Es la autora de los libros "Sabrina:1-El Mundo:0", "Sabrina... Saber más...