Los cocineros que me traen de cabeza
Los cocineros que me traen de cabeza
En GlupGlup somos muy fans del cocinero Jamie Oliver, como ya hemos demostrado en numerosos artículos, pero en la parrilla televisiva hay otros chefs igual de molones y que se merecen nuestros aplausos y vítores. Hoy hacemos un repaso por los que más nos gustan.
El otro día estaba haciendo zapping cuando tuve la suerte de acabar en Energy, ese extravagante canal de televisión que mezcla la realidad más chanante con auténticos disparates donde lo que prima es el “más difícil todavía”. En ese mismo instante estaban echando Espectaculares y comestibles, el típico programa adictivo sobre grandes gestas y comida que no deberías ver si estás a dieta o si todavía queda mucho tiempo hasta la hora de la cena. Pero hice oídos sordos a mis propios consejos y me quedé enganchada a la pantalla. Espectaculares y comestibles es un docureality protagonizado por Heston Blumenthal, un cocinero inglés que incomprensiblemente no es ni la mitad de conocido que su compatriota Jamie Oliver.
Mr. Blumenthal no sólo es el orgulloso propietario de The Fat Duck, el restaurante de lujo que pienso visitar en Londres cuando me toque la lotería o cuando se den cuenta de que soy mucho mejor embajadora que Alvárez Cascos, sino que tiene además seis estrellas Michelin y muchas ganas de pasárselo bien haciendo cosas muy raras (pero que muy raras) con la comida. El resultado es un programa que mezcla los experimentos científicos con chocolatinas gigantes, química avanzada con las perfectas patatas asadas y, en definitiva, te hace salivar a la vez que aprendes un montón de cosas realmente interesantes que luego nunca aplicarás, pero, mira, qué rato más divertido hemos pasado.
Todo es a lo grande en este programa, incluso los ruidos que provienen de tu hambriento estómago.
Ver este docureality me hizo recordar de repente otro grandísimo programa de este cocinero, Al estilo de Heston, que me tuvo enganchada durante una época. Tanto que me olvidé de rendir homenaje a Jamie Oliver durante varias cenas seguidas y adoré a un dios pagano, tanto que me obsesioné por las temperaturas y me gasté una pasta en un termómetro muy pijo de comida. Tanto que el día del cumpleaños de mi chico, preparando su plato favorito, pollo asado, me tiré cuatro horas de reloj siguiendo las rarísimas instrucciones del señor Blumenthal e ignorando los consejos de mis ancestros, que hasta entonces habían sido mis guías supremos por el universo de los asados a lo "rancio style".
Al estilo de Heston o How to cook like Heston en V.O. es un programa tremendamente didáctico en el que el chef nos enseña sus técnicas, trucos y consejos para cocinar seis productos básicos en casa: pollo, chocolate, huevos, queso, patatas y carne. Y que yo os recomiendo fervientemente si queréis aprender mucho sobre cocina aunque no lo vayáis a usar para hacer nada de verdad sino para tiraros el pisto en las reuniones con los amigos (entre nosotros, ese es mi secreto).
Prepárate para tener en la alacena hielo seco. Heston lo usa más que mi madre los cubitos Maggie.
Lo mejor: es como un niño inquieto y curioso que bate mayonesa en un cubo gigante, utiliza rayos X para hacer las mejores patatas cocidas y visita el Instituto de la Mujer de su pueblo para preguntarle a sus vecinas cómo prefieren los huevos revueltos. Usa sopletes y planchas para cocinar. ¿Quién da más? El programa es divertido, dinámico y te engancha de principio a fin.
Lo peor: nadie en su sano juicio -o que no tenga la intención de conseguir una estrella Michelin- se tira tres horas para hacer las perfectas patatas fritas. Dado el tamaño de las cocinas españolas, decir que son pequeñas es pecar de discreto, es difícil tener espacio para guardar todos los instrumentos que Heston Blumenthal utiliza (dados los sueldos españoles, tirando a minúsculos-discretos, nadie tiene dinero suficiente como para invertir por muy grande que tenga la cocina).
Jamie Oliver nos gusta, pero se le están empezando a caer los mofletes como a Paul MCartney y nos da cosica.
Pero Heston Blumenthal no es el único cocinero que no es Jamie Oliver que os voy a recomendar hoy. Aquí va una lista con algunos más que tengo clasificados bajo la etiqueta de “favoritos”:
Rachel Khoo
¡Me encanta Rachel Khoo! Esta cocinera de ascendencia chino-malaya y austriaca nació en Croydon, una de las barriadas más conocidas de Londres, y antes de convertirse en presentadora de programas de cocina estudió en la Central Saint Martins (uno de los escenarios de mi novela Mientras tanto, en Londres…) y más tarde en Le Cordon Bleu, en París (que espero que algún día también sea el escenario de alguna de mis novelas), donde se sacó el título de pastelería. Tras su paso por La Cocotte, Rachel comenzó a colaborar en numerosos proyectos culinarios que le llevaron a publicar varios libros de cocina y a protagonizar un programa de cocina en la BBC.
Ella está más buena que los platos que cocina.
De todos sus programas de cocina mi favorito es The Little Paris Kitchen, donde Rachel hace su propia reinterpretación de la cocina francesa en la diminuta cocina de su más aún diminuto apartamento de la capital francesa. Además, recorre París buscando los productos más exquisitos, intercambia ideas con otros cocineros y no tiene ningún reparo en invitar a cenar a su apartamento a los jueces más exigentes del mundo: a franceses. Y lo mejor es que no ponen los ojos en blanco como adolescentes hastiados cuando se comen algo cocinado por una inglesa.
Lo mejor: Rachel nos demuestra que para cocinar grandes y complicados platos no hace falta tener una cocina enorme ni un arsenal gigante de instrumentos (al contrario que Heston) sino sólo muchas, muchas ganas. ¿Y te puede gustar un programa de cocina por la ropa que lleva la protagonista? Os aseguro que sí. Totalmente loca con el vestuario de esta cocinera. Lo quiero todo, todo y todo.
Lo peor: La especialidad de este programa, la cocina francesa, hace que todo lo que Rachel cocina sea poco aconsejable para las personas que quieren cuidar un poco su dieta y su peso. Los ingredientes que utiliza son tirando a caros. En tu piso enano las cosas no tienen el encanto que en el cuqui-piso de la presentadora.
Gordon Ramsay
Todos conocemos de sobra a este cocinero con doce estrellas Michelin, porrones de restaurantes por todo el mundo y varios premios de prestigio internacional. Un tipo que va soltando exabruptos como buen escocés que es por los restaurantes en ruinas que visita o que acosa a jóvenes aspirantes a chefs. Sin embargo, no todo el mundo sabe que hace unos años pillaron al chef Ramsay metiendo la salchicha en el horno equivocado, así que le montaron un programa de urgencia para cambiar su imagen de adúltero por la imagen de un padre amante de su familia. Curiosamente el programa Las mejores recetas de Gordon Ramsay está muy bien y en él nos enseña cómo hacer una cocina sencilla pero sin renunciar a las combinaciones de sabor inesperadas, mostrándonos un conjunto de técnicas culinarias básicas pero muy resultonas y rodeado de su familia: su sufrida mujer, su madre y sus cuatro hijos.
Para mostrar el lado más amable de Gordon han tenido que recurrir a sus hijos.
Lo mejor: Ver a la madre del chef Ramsay recordarle su infancia, tomarle el pelo y poner en duda algunas de sus decisiones en la cocina. Sus hijos son bastante majos, la verdad, y ver a la pequeña Tilly interactuar con su padre mientras rehoga cebollas es encantador.
Lo peor: Gordon Ramsay intentando hacerse el simpático. Las miradas supuestamente amorosas que se intercambia con su esposa sabiendo lo que todos sabemos.
Garbanzo
Me hace especial ilusión incluir un personaje imaginario en este listado de cocineros molones. Garbanzo no tiene su propio programa de cocina, pero es uno de los protagonistas de una de las series de dibujos animados más tronchantes y confusas que conozco: Chowder. Garbanzo es el chef de un restaurante inusual en la ciudad de Mazapán, situada en un universo donde la comida es casi una religión y todos los habitantes le rinden culto. Durante los episodios de esta tronchante serie asistiremos a las clases de cocina que el chef Garbanzo (con nada más y nada menos que trescientos ochenta y seis años de experiencia en la cocina) le da a su joven aprendiz, Chowder, con la ayuda de su sous chef, Escalope, y de su mujer, Trufas. Platos como Avispahuetes, Chingas, Habichuelas Cantarinas, Frutigomas, pastel de rana, No-Frutas y sandwich de rata. Todo ello utilizando los instrumentos de cocina más rídiculos que podáis imaginar (al estilo de Heston): sierras eléctricas, fuegos artificiales, motos acuáticas, etc.
Nada de lo que cocina es comestible, pero eso también pasa en los chiringuitos de tu playa y nunca supuso un problema.
Lo mejor: la pasión por la cocina que transmite y lo divertido que es absolutamente todo. El absurdo. La confusión total mola todo.
Lo peor: los temas que se tratan en la serie no siempre son comprensibles para los más pequeños, pero, ¡eh!, ¿quién ha dicho que los dibujos animados son sólo para ellos?
Este artículo lo ha escrito...
Rebeca Rus (Madrid, 1974) es creativa publicitaria, escritora, columnista y responsable de la sección de cocina de la Revista Cuore. Es la autora de los libros "Sabrina:1-El Mundo:0", "Sabrina... Saber más...