Tu abuela siempre cocinará mejor que tú

Tu abuela siempre cocinará mejor que tú

Tu abuela siempre cocinará mejor que tú

Adorables, cotillas, entrañables o malvadas, abuelas hay de todos tipos, pero todas ellas, españolas o extranjeras, tienen varias cosas en común, nos quieren a rabiar, nos ceban en las comidas familiares y da igual que sigas su receta al pie de la letra, sus platos siempre estarán mejor que los que cocines tú.  

¿Qué son las abuelas? Las abuelas son esas mujeres a las que te cuesta reconocer en las fotos en blanco y negro que adornan su casa, que cada vez que te ven te dan un achuchón y te dicen lo que has engordado o adelgazado, poniendo “estás más” o “estás menos” delante de la palabra “hermosa”, y que te recuerdan lo mayor que te haces y cuántos centímetros has crecido en cada reunión familiar sin excepción.

Si te molesta ser bajita una tarde con tu abuela y te sentirás más alta que Naomi Campbell. 

Da igual que tengas veinte o cincuenta, si estás con ellas volverás a sentirte una niña pequeña con la comisura de los labios pringadas por la tableta de chocolate que te acaban de comprar porque, no nos engañemos, un deber moral de toda abuela es mimar a sus nietos, que para educarlos y criarlos ya están los padres. Puede incluso resultar irónico para sus hijos, que las han conocido en sus épocas de pequeñas dictadoras a las que sacarles una peseta era algo así como convertirte en Tom Cruise en Misión Imposible, y ahora observan anonadados como les dan de manera “disimulada” dinero a sus nietos a hurtadillas.  

Da igual que vayas a potar de un momento a otro, lo importante es acabar el plato de tu abuela.

Sin embargo, dos son las características que TODA abuela sin excepción cumple. Les es indiferente que tengas obesidad mórbida, hayas sudado la gota gorda al ver el plato con cantidades mutantes que te han servido o estés al borde de la indigestión por todo lo que has zampado, siempre tienes hueco para un poquito más. Además, no permiten un no por respuesta y son insistentes. Muy insistentes.

Y estas son las obras maestras que comemos nosotros en casa.

Esto podría acarrear un gran problema si no poseyesen la segunda característica, ese súper poder suyo por el cual convierten cada plato que cocinan en una maldita obra de arte. A veces cuando llevas mucho tiempo comiendo guarrerías al salir del trabajo o bandejas precocinadas que te calientas al llegar después del curro y vas a su casa a comer de puchero, notas que los ojos te empiezan a escocer. Te explico el motivo. No eres alérgica a nada, es simplemente que estás llorando de placer.

Llega el día en el que te motivas y le pides la receta. Ella te la apunta a mano en alguna libretita y tú invitas a ese mozalbete resultón de la oficina para seducirle llenándole el estómago de ese elixir de los dioses. Sin embargo, el resultado no es lo esperado y te acabas dando cuenta de que no es ni la sombra de lo que tu abuela hace.

Estas son las circunstancias que se pueden dar mientras cocinas, omitiendo las pintas de actriz porno.

Encabronada contigo mismo vuelves a casa de tu abuela y esta vez decides que tal vez el error estuvo en que no es lo mismo la teoría que la práctica. Te pones uno de sus viejos mandiles, que tienen más años que tú, y la ayudas a cocinarlo, estando a su lado, viendo todos sus movimientos, apuntando hasta los granitos de sal que le echa. Una vez has terminado te crees que ya tienes el truco aprendido y cantas victoria antes de tiempo porque, no, vuelves a intentarlo, esta vez invitando a unas amigas con bastante cerveza de por medio, y el resultado es el mismo. No lo has conseguido.

Jordi Cruz sin camiseta, ¿necesito algún motivo más para incluirlo en este artículo?

Llegados a este punto tienes dos opciones: encabronarte y apuntarte a clases de cocina de Jordi Cruz, que está de muy buen ver, o asumir que tu abuela siempre cocinará mejor que tú. SIEMPRE Y SIN EXCEPCIONES.

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Este artículo lo ha escrito...

Alexandra Manzanares

Alexandra Roma o Alexandra Manzanares Pérez (Madrid, 1987) es un periodista, guionista, directora de cine, escritora y, gracias a Glup Glup, columnista, ¿se comprende por qué necesita una doble... Saber más...