10 razones para ver "Orange is the new black"
10 razones para ver "Orange is the new black"
Si estás aburrida de zombis, psicópatas y fantasmas; los vampiros te dan más alergia que el ajo y las historias hospitalarias te huelen a rancio, aquí tienes diez excusas para engancharte a la serie más transgresora del año.
1ª Porque Orange is the new black (OITNB), no es la típica comedia-dramática femenina. Se puede hacer una serie de mujeres y para mujeres, donde no se habla de hombres.
2ª Tampoco te vas a morir de la envidia viendo los modelitos que llevan las protas, excepto que te mole llevar un precioso mono naranja de presidiario, claro está.
Las buenas historias se cuecen en los baños femeninos.
3ª Y te va a encantar comprobar el juego que da un destornillador perdido en una prisión de mujeres o que la protagonista Piper Chapman (Taylor Schilling) tenga muy mal pelo y siempre lo lleve con kilos de grasa.
4ª También te hará reflexionar: ¿y si me metieran en la cárcel ahora, que soy madre de familia, porque aquel novio porretas de hace mil años se chivara de que le acompañaba en sus chanchullos? Aterrador, ¿verdad? Pues te vas a quedar de piedra cuando sepas que OITNB está basada en las memorias y experiencias reales de Piper Kerman: una treintañera culta, de clase social acomodada, que después de diez años de cometer un delito por tráfico de drogas la condenan quince años en prisión. Justo en ese momento de su vida en el que está felizmente prometida y acaba de montar su empresa de cosmética natural.
5ª. Por cierto, el prometido no es ni más ni menos que un Jason Biggs (American Pie) muy bien conservado, que por suerte no aparece con los pantalones por las espinillas e interpreta un papel dramático de lo que comúnmente se llama tonto-listo. Habrá momentos que te de pena y otros en el que le darías una colleja, créeme.
¿American Pie le sentó tan bien que conservará toda la vida cara de adolescente?
6ª. Otro detalle que no te va a dejar indiferente es descubrir que el chivato que delató a Piper no fue un ex novio, no, fue su antigua novia Alex: una dealer muy sexy (Laura Prepon) con estética pin-up y con la que se reencuentra tras las rejas, justo en su momento más hetero. Vas a quedarte de piedra cuando descubras el romance que vivieron Piper (con esa carita de mosquita muerta) y la camella. De hecho, no te preocupes si tu pareja quiere ver el fútbol justo el día que la emiten (en diciembre, Canal +) porque en cuanto dejes caer que en la serie hay escenas lésbicas, no se perderá ni un capítulo.
Imagínatela con la melena rubia. Efectivamente, es la protagonista de la serie Qué pasa con Chelsea.
7ª. Y hablando de lesbianismo, Orange es sobre todo una dura crítica al sistema penitenciario y a la homofobia, camuflada con pinceladas de humor. Aquí las prisioneras no son tan malas y los carceleros son de todo, menos buenos. Además utiliza el formato que funcionó en A dos metros bajo tierra y en cada capítulo se cuenta la historia de una de las presas.
8ª. No te aburrirás porque los personajes secundarios son tan o más carismáticos que las protagonistas: esquizofrénicas ultra-religiosas, yonquis adorables, un transexual con familia, una pobre loquita que marca su propiedad como las leonas…
Crazy Eyes, la prisionera afroamericana, te dará los mejores momentos televisivos de la historia.
9ª. Por si no estás del todo convencido/a, te advertimos que si te gustó la serie de televisión Weeds (la historia de una madre de familia de clase alta, que enviuda y decide mantener su ritmo de vida vendiendo marihuana), Orange te resultará una delicia porque, ambas han nacido de Jenji Koham: una de las productoras y directoras más creativas y divertidas de la historia de la tele. También cada capítulo contará con la participación de grandes directores de la categoría de Jodie Foster.
Serie ideal para amas de casa con alma delictiva.
10ª. Y porque no hay TV adicto que se precie que no conozca el popular término ‘humor naranja’: irónico, inteligente, con el que sonríes mientras sientes que la sangre se te congela en las venas.
Este artículo lo ha escrito...
Anita C. (Madrid, 1974). Redactora freelance de moda y belleza y madre de un niño y una niña. No le da vergüenza admitir, que no lleva nada bien lo de cumplir años, ni pasar todas sus tardes... Saber más...