¿Están las comedias románticas de capa caída?

¿Están las comedias románticas de capa caída?

Los expertos de las grandes productoras de cine americanas dicen que las comedias románticas ya no son el mega-hit que eran hace algunos años. Pero ¿es realmente cierto que las últimas investigaciones de mercado confirman que el público ya no está interesado? ¿Hemos dejado de disfrutar con las comedias románticas? Yo creo que la triste realidad es que estamos hartos de que nos vendan las mismas ideas una y otra vez.

Me sorprende muchísimo lo que la gente de los estudios de cine piensa que el público quiere ver.

Y me sorprende aún más que casi siempre ¡tienen razón!

Basándome en la cartelera actual y en el éxito de asistencia del público me da que las películas que podrían triunfar este año tendrían títulos como: Monos Mutantes vs La Momia, La Candiasis que me mató y un biopic sobre el Osito Mimosín. Todas esas películas suenan bien y estoy preparada para escribir el guión en cuanto me digan cuánta pasta me van a pagar. Pero lo que realmente quiero escribir es una comedia romántica. Es mi género favorito. Me siento un pelín avergonzada de reconocerlo porque el género ha sido degradado durante los últimos veinte años. Vale... y porque decir que te gustan las comedias románticas hoy en día equivale a reconocer que eres medio lela. Pero eso no ha conseguido que yo deje de verlas. Me gusta tanto ver cómo la gente se enamora en la pantalla que me niego a dejar de creer en las posibilidades de las comedias románticas. Me encanta el momento en el que, por ejemplo, Cary Grant se tropieza y le rompe el vestido a Katherine Herpburn en La fiera de mi niña.

Antes se hacían escenas de humor enseñando la ropa interior de los protagonistas. Hoy necesitaríamos un consolador, a un travesti y un paquete de polos para conseguir el mismo efecto.

El problema es que el género se ha desvanecido tanto que los actuales personajes femeninos son tan irreales como los Ewoks y los Wookies de Star Wars. Quizá por eso, últimamente considero a las comedias románticas como un genero de ciencia ficción, donde todo funciona con reglas muy diferentes a las del mundo real. Para mí no hay diferencia entre el Alien de Ridley Scott y cualquiera película de Kate Hudson. Ambas películas están protagonizadas por extraterrestres y su comportamiento es incomprensible para mí.

En todas las comedias románticas la Mejor Amiga quiere que le acompañes a probar perfumes en El Corte Inglés y tiene una sex-shop en Chueca. No falla.

En resumen: para mí el problema con las comedias románticas actuales de Hollywood es que están repletas de estereotipos femeninos: la histérica trabajo-adicta, la torpe, la madurita soltera, la chica luchadora... Pero ¿de verdad la gente es así en la vida real? ¿De verdad todas las mujeres respondemos a estos patrones? No, no y no.

Vamos a ver unos cuantos ejemplos de estereotipos manidos:

LA WORKAHOLIC:  la bussiness girl que trabaja más de doce horas al día, lo que en las comedias románticas se traduce en que tiene que pasarse el día ladrando órdenes por teléfono mientras mueves las manos frenéticamente como una mamma italiana. Además, tienes que llevar trajes muy feos y poco sexys. O llevar el pelo recogido en una coleta muy tirante porque según los guionistas de Hollywood llevar el pelo suelto te impide ser muy lista. Además, la workaholic ha olvidado qué tiene que hacer para seducir hombres, por lo que se pasa toda la película haciendo el ridículo delante del galán y tiene que ir a clases de seducir hombres (esas clases normalmente están impartidas por cuarentonas entradas en carnes y muy pechugonas).

Se acaba de apretar la coleta y ha tenido una idea buenísima para acabar con la empresa de la competencia.

LA PATOSA: cuando una guapísima actriz de renombre es contratada para protagonizar una comedia romántica los ejecutivos se estrujan el cerebro para encontrar algún tipo de fallo que la convierta en algo más cercana a las mujeres normales. No puede ser gorda (para eso lleva meses sin comer nada sólido) o no ser increíblemente guapa porque ¿quién pagaría por ver algo así? ¿Una tía que no es perfecta? Fracaso total. Podrías pasarte una jornada entera filmando a una piedra en la sierra y obtendrías el mismo resultado. Así que sólo hay una solución: convertirla en una patosa. Una mujer perfecta en todos los sentidos exceptuando que siempre se choca con todo lo que pilla a su paso y se atraganta con la copa en su primera cita, poniendo perdido al galán de turno. La patosa se choca contra todas las señales de tráfico porque se ha despistado hablando por el móvil y desploma estanterías de vajillas cada vez que visita una tienda. A pesar de llevar una talla treinta y cuatro es como un elefante enorme y muy borracho.

En dos frames se va a estampar con una mesa y se va echar todo el batido de chocolate por su ropa... blanca, por supuesto.

LA GUAPA GLOTONA:  ¡venga ya! ¿Tan tonta me creéis, señores ejecutivos de Hollywood? De verdad, puedo creerme un montón de cosas, entre ellas que la última versión de Hércules no está tan, tan, tan mal, pero soy incapaz de creer que cualquiera de las actrices de moda de la industria del cine sea una cerda ansiosa que no puede parar de comer. Y lo que es más: vive rodeada de personajes secundarios que le piden encarecidamente una y otra vez que deje de comer helado cada vez que el galán corta con ella. Pero esta pobre actriz tan delgada (pobre porque se pasó meses sin comer para conseguir el papel) tiene que decir frases como "dejadme en paz, estoy deprimida y ya sabéis que sólo me calmo después de comerme dos tarrinas de Chocolate Fudge Brownie de Ben&Jerry". Y mientras dice eso puedes verle las costillas a través del vestido, la muy hija de...

Llora porque se le ha olvidado servir crema y puré de mantequilla con el asado.

LA CHICA BOHEMIA: una de las protas favoritas de todas las comedias románticas siempre es ilustradora de cuentos para niños o trabaja en un museo, aunque la profesión preferida de los guionistas de la meca del cine es galerista. Vamos, el típico curro un poco snob y pijo que los tíos no entienden pero que no encuentran intimidatorio. Son chicas que se pasan el día quitándole el polvo a obras de arte de valor incalculable, tienen conversaciones sesudas y visten de colores chillones. Pero ¿de verdad hay tantas galerías en el mundo como parece según las películas? En Nueva York es como si todo el mundo fuera a comprar cuadros con la frecuencia con la que baja a la calle a comprar el pan. En algún momento de la película nuestra chica bohemia conoce a un guapo y encantador hombre que es -¡me aburro!- arquitecto. Claro, claro. Conozco a muchos arquitectos (es más, salí un tiempo con uno) y os aseguro que ninguno se parece a Matthew McConaughey.

Cuánto más raro sea lo que expongan en su galería de arte, más especial será nuestra heroína.

LA PIXIE GIRL: En la vida real si vieras a una tipa como ella te cruzarías de acera pensando que es una pordiosera o que se ha escapado de la López Ibor. Pero estamos hablando de comedias románticas y las pixies girls se han hecho fuertes como protagonistas femeninas. Yo lo tengo claro: la culpa la tiene Zooey Deschanel. Las pixies girls son chicas que van vestidas en plan retro, muy femeninas, bailan bajo la lluvia sin zapatos y lloran desconsoladamente cuando ven a un cachorrito. Yo les daría un buen sopapo.

Querer poner de moda el guardarropa de tu abuela debería estar penado por la ley.

Seguro que me dejo algún estereotipo en el tintero y que todavía nos quedaría mucho que hablar sobre las protagonistas de las comedias románticas. Por no mencionar a los personajes secundarios típicos de estas películas. Ya sabéis a qué me refiero: al amigo gay, a la hermana que acaba de ser madre y está agobiada porque no duerme (y especialmente porque no entra en sus vaqueros), a la mejor amiga loca de la protagonista, al jefe paternalista que se preocupa por ella (ja, ja, ja... me parto yo sola), a la madre que le acosa con citas a ciega y a muchos más. Vuestros comentarios sobre el asunto son bienvenidos para proceder a hacer la segunda parte de este artículo. 

 

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Este artículo lo ha escrito...

Rebeca Rus

Rebeca Rus (Madrid, 1974) es creativa publicitaria, escritora, columnista y responsable de la sección de cocina de la Revista Cuore. Es la autora de los libros "Sabrina:1-El Mundo:0", "Sabrina... Saber más...