Juego de Tronos: Rozando la perfección
Juego de Tronos: Rozando la perfección
El final de la cuarta temporada de Juego de Tronos ha llegado y una vez más nos hemos quedado delante de la TV sin saber qué hacer. Han sido diez capítulos en los que sus creadores han decidido por fin jugar en las ligas mayores de las series.
¡OJO! A PARTIR DE AQUÍ CONTIENE SPOILERS DE LA SERIE HASTA EL FINAL DE LA CUARTA TEMPORADA. TODO LO QUE LEAS PODRÁ SER UTILIZADO EN TU CONTRA.
Mi experiencia personal viendo Juego de Tronos ha sido algo frustrante desde el principio, porque en mi afán de evangelizar a la gente con las mejores series de EEUU, en detrimento de las basuras españolas que las cadenas nacionales están obligadas a hacer por el estado, no conseguí enganchar a mucha gente para que viera la primera temporada. Sólo los ya conocedores de la historia a través de los libros y los dioses supremos del frikismo siguieron mis pasos hacia los primeros capítulos con buen resultado. El resto de amigos y conocidos a los que convencí para que la vieran, me decían que se aburrían, que no les parecía que enganchara, e incluso la cambiaban por series tan deprimentes como Vikingos, digna de ser protagonizada por Johnny Drama de El Séquito.
Hubo gente que, a pesar de no engancharse con la serie, siguió el camino. Capítulo a capítulo. Con la esperanza de que algún día sonara ese chasquido en tu cabeza que te dice "ya no hay marcha atrás". Yo lo llamo el "chasquido del octavo capitulo de The Wire". Os confieso que la segunda temporada de Juego de Tronos me pareció bastante deprimente. No conseguí ver más de un capítulo seguido, y pensaba que los creadores y guionistas estaban empezando a flaquear al verse delante de montañas de contenido y poco tiempo para llevárselo al espectador.
Pero llegó la tercera temporada y alguien debió hablar en alguna reunión y decir: "O empezamos a meter chicha o nos cortan el grifo". Y se pusieron las pilas. No sólo empezaron a matizar mucho más los personajes, las historias y los argumentos, sino que alcanzaron los primeros momentos de verdad importantes de los libros llegando a su clímax con la ya mítica "Boda Roja", en el capítulo titulado "Las lluvias de Castamere". Aún recuerdo el mensaje por Whatsapp de un amigo, del que tenía total desconocimiento de que siguiera la serie, pero que recurrió a mí para manifestar su descorazonamiento con un simple: "Tío, acabo de ver el 3x09 de Juego de Tronos. ¿Por qué?". Fue en ese momento cuando sonó el chasquido en la cabeza de mucha gente, que aguantó estoicamente que el argumento se volviera de alguna manera imposible de no seguir.
La cuarta temporada ha ido más allá. Ninguna de las anteriores había conseguido alcanzar los niveles de esta, y eso se ha notado sobre todo en la audiencia de la serie. No porque la gente se haya puesto a verla ahora por recibir buenas críticas, sino porque amigos con el chasquido en la cabeza han ido con el rollo a otros para que se la comieran en semanas y llegaran al mismo punto. He de decir que comentar esta serie semana a semana con mis amigos es de agradecer. Desde Perdidos no lo había vuelto a hacer y lo echaba de menos.
En cuanto al desarrollo de acontecimientos de la cuarta temporada ni que decir tiene que la muerte del Rey Joffrey fue un punto de inflexión para todos los seguidores de la serie porque por primera vez, y después de tantas muertes de personajes queridos, veían como se hacía justicia. Este hecho hace que Tyrion sea culpado del asesinato y se le lleve a juicio por su padre. El cariño que tienen los seguidores al enano les ha hecho mantenerse pegados al televisor semana tras semana para conocer su destino. Mientras, al otro lado del muro, Jon Nieve tuvo que navegar por varios capítulos de polvo y paja sin ninguna relevancia, por los que también tuvo que pasar su medio hermano Bran. Imagino que para que el espectador no se olvide de ellos se les intenta contar por lo menos dónde y con quién están, aunque al espectador verdaderamente le interese otra cosa.
Por su parte en la cuarta temporada nos encontramos como nuestra AMADA Dahenerys Targanyen decide asentarse en su última ciudad conquistada, Mereen, para ejercer como reina y saber de lo que es capaz. Varios capítulos dedicados a sus gestiones en la ciudad, nos dejan claro que la ¿última? Targaryen relevante de la historia está lista no sólo para gobernar, sino para impartir justicia incluso a sus propios dragones a los que finalmente encierra en las catacumbas con todo el dolor de una madre.
Dejando todo esto a un lado, lo mejor de toda la temporada ha venido en los cuatro últimos capítulos. Primero con la sublime escena del juicio a Tyrion en el que el personaje se descubre de una vez con la rabia que lleva dentro, algo que todavía no habíamos visto. Una señal de que ha llegado el momento de llevar al personaje al siguiente nivel, como ya se hizo en la tercera temporada con su hermano Jamie, al que ya nadie ve como el chulo idiota de la primera temporada. La petición de Tyrion de un "juicio por muerte" nos lleva al segundo momento estelar de la temporada: La pelea entre La Montaña y Víbora Roja. Todavía hay personas que no se han recuperado de ver aquello. La crueldad de la escena, dejó con mal cuerpo incluso a la gente que ya sabía que Oberyn Martell moría. Ver como La Montaña reventaba la cabeza de su adversario metiéndole los dedos pulgares en los ojos, fue una de esas escenas con las que te la juegas a subir de nivel la serie o aguantar el chaparrón de los fans. Pero salió bien la jugada. Y de aquí nos vamos al último capítulo (ya se que me he saltado uno, ahora vuelvo), en el que tras la derrota de su luchador, Tyrion está esperando su ejecución. Jamie abre la puerta de su calabozo y le deja huir, otro gesto más que encumbra al personaje manco de una vez por todas. En su huida, el enano nos regala otro momento de justicia divina muy esperado por todos: dos flechazos con una ballesta al pecho de su temido padre Tywin. Los Lannister se desmembran.
Pero para mí, lo mejor sin duda de la temporada llegó en el penúltimo capítulo. Creo que era ya de justicia que Jon Nieve adquiriera todo el protagonismo que se le pedía. Ni siquiera su andadura con los salvajes en la tercera temporada fue lo suficientemente importante como para tenerlo en cuenta en el desarrollo de los acontecimientos. Hasta que el muro es atacado. Un capítulo brillante, con partes de batalla medidas a la perfección, partes de diálogos transcendentales, escenas épicas sin sobrarse y una fórmula narrativa que dejó a los espectadores helados durante todo el capítulo. Jon Nieve por fin muestra las dotes de liderazgo que siempre supimos que tenía pero que hasta ahora no nos habían enseñado. Una ejecución técnica de la batalla que nos hace preguntarnos una vez más: ¿cuánto cuesta cada capítulo? Si lo véis en versión original (como debe ser), estaréis de acuerdo conmigo en que la arenga del Comandante Thorne con su acento británico remarcando la palabra "stand" es sinónimo de "piel de gallina instantánea". El afán de los creadores por darle importancia a cada personaje y a cada detalle nos deja otro pequeño gesto sublime en el momento en el que la amada de Jon Nieve, Ygritte, muere en sus brazos tras recibir una flecha del niño que vigila el montacargas del muro. Su gesto de asentimiento del deber cumplido arco en mano mientras Jon le mira incrédulo pero conformista, es otra gota de lujo a sumar al vaso de este capítulo. Y por último la escena del túnel. Antes hablábamos de las dosis de épica sin sobradas que tenía este capítulo, pues bien, esta es la mejor de todas para mí. Seis valientes en el túnel, viendo como un gigante corre hacia ellos mientras recitan el juramento de la Guardia de la Noche. Sin palabras.
En resumen, creo firmemente que por fin Juego de Tronos ha dado el salto de calidad que todos esperábamos. Técnicamente es perfecta, no hay discusión. A nivel de interpretación, los actores que llevan desde el primer minuto de serie (¡y siguen vivos!) han encontrado a su personaje y están brillando con luz propia, por ejemplo Lena Headey interpretando a Cersei Lannister (¿se puede dar más asco?). A nivel de narración se ha llegado a un punto en el que todo es importante y cada detalle cuenta. Por lo menos el espectador sabe lo que está viendo y no tiene que recurrir a un colega que se lo explique. Y por último quiero destacar y mucho el altísimo nivel de adaptación de los libros a la serie, llegando PARA MÍ, a superar la adaptación de El Señor de los Anillos a la gran pantalla.
Espero que después de esta temporada, los amigos a los que obligué a verla me den las gracias, y si no lo hacen... juicio por muerte.
Este artículo lo ha escrito...
Javi Del Campo (Madrid, 1983). Criado entre Steven Spielberg y Los Héroes del Silencio, de alguna manera estaba destinado a caminar sobre esa pequeña linea que separa al mitómano del friki. Amante... Saber más...