Regresión: Prisas y falta de ideas

Regresión: Prisas y falta de ideas
La última peli de Amenábar ha creado expectación entre el público español que siempre ha esperado lo máximo de él, pero con el paso del tiempo estamos viendo que quizás le hayamos pedido demasiado a este director que no remonta el vuelo.
Me cuesta mucho escribir estos artículos porque luego me tachan de anti cine español. Pero la verdad es que Regresión es de las películas españolas menos españolas que he visto en mi vida. Y de eso tiene mucha culpa su director, Alejandro Amenábar.
Mi relación de amor-odio con Amenábar viene desde hace años. Al principio de su carrera, Amenábar demostró una valentía y agudeza en la manera de hacer cine que nadie había demostrado hasta la fecha. Girando siempre a otro ritmo, Tesis, Abre los Ojos y Los Otros nos llevaron a visitar unas situaciones cinematográficas que hacía tiempo que no veíamos en nuestro cine. Pero de repente, Amenábar cambió el registro y se pasó a contar la historia de Ramón San Pedro en Mar Adentro. ¿Por qué este cambio? No lo sé, pero de ahí nos llevó a Ágora y de ahí a la que vamos a tratar hoy: Regresión. Un mes entero de promoción, en la que oí muchas veces la frase "Amenábar vuelve a sus orígenes", me cargó de expectativas y no me quedó más remedio que ir a verla.
Amenábar explicándole a sus actores cómo se hace la quiniela en España.
Regresión cuenta la historia de una serie de sucesos escabrosos ocurridos en los años 90 en EEUU. Una joven acusa a su padre de haber realizado y dejado realizar con ella desde prácticas sexuales hasta ritos satánicos y misas negras. Algo muy de moda en Minnesota por aquel entonces. El caso va a parar a un detective muy aferrado a su instinto, que en un principio se siente algo abrumado por los hechos, pero que gracias a la ayuda de un psicólogo y sus técnicas de regresión a la memoria le pondrá sobre las pistas adecuadas que le lleven a resolver el caso.
Un caso que va tomando diferentes puntos de vista a medida que avanza la película, llegando a esquivar lo previsible hasta que quedan cuarenta y cinco minutos de metraje, donde ya los guiños al espectador son demasiado evidentes y el final se destapa solo. Y hasta aquí puedo leer.
Ethan Hawke, alumbrado por una vela.
Los actores tienen un problema grave: no sirven para el papel. No sé en qué universo Ethan Hawke sigue estando de moda, pero en este no. Carece totalmente en esta película de carisma, intensidad y credibilidad, limitándose en las escenas más exigentes a poner caras de concentración o gritar. Y por otro lado, está Hermione... quiero decir... Emma Watson, que si bien está llamada a deslumbrarnos en algún momento de su carrera, en esta película se limita simplemente a hacer de plañidera en un papel que además no le pega absolutamente nada. Mantiene el tipo, eso sí, pero con un personaje con el que podría haber dado algo más con menos maquillaje y peluquería.
Emma Watson a punto de lanzar un Expelliarmus.
Pero el problema de la peli no es nada de esto. El problema es la falta de ideas. Una falta de ideas que viene de hace años, cuando Amenábar dejó de hacer películas originales y se pasó a las de BASADAS EN HECHOS REALES. Mar Adentro, Ágora, Regresión... todas llevan este subtitulo en los créditos iniciales; y no es malo. Pero las películas de Amenábar estás siguiendo una clara linea descendente en cuanto a calidad. Esta última es como si alguien le hubiera contado una anécdota y él hubiera querido rodar un capítulo de True Detective.
Hay una más que notable falta de ideas y prisa por ejecutarlas. Escenas en las que hay una tensión absurda para el momento de la película en la que están, llegando a aburrir al espectador y hacer desear que acabe todo cuanto antes. Desde que Amenábar hizo Abre los Ojos, la sombra del plagio o la "inspiración inadecuada" sobrevuela sobre él, pero con el tiempo lo que se está demostrando es una total falta de inspiración para hacer sus películas, ya que aún eligiendo muy bien la temática de ellas, hay un problema en el resultado final.
Esta foto resume muy bien el resultado en taquilla de la película
¿Demasiada presión por parte de su productora? ¿Demasiada presión por parte de los medios de comunicación que le financian? ¿Demasiada presión por el sector cinematográfico? ¿Le hemos puesto el listón muy alto? Sinceramente no sé lo que pasa, pero Amenábar con esta última película lo único que ha conseguido es aburrir al espectador y poner una mancha más en su expediente que esperemos que algún día sea capaz de compensar. Amenábar no es mal director. Y nuestro cine cada vez es un poquito mejor. Pero con películas así de aburridas retrocedemos un poco en el objetivo de sacar al Cine Español de la lista de géneros cinematográficos de las estanterías del Fnac.
Este artículo lo ha escrito...
Javi Del Campo (Madrid, 1983). Criado entre Steven Spielberg y Los Héroes del Silencio, de alguna manera estaba destinado a caminar sobre esa pequeña linea que separa al mitómano del friki. Amante... Saber más...