Una visita al museo de los errores
Una visita al museo de los errores
En Glup Glup somos valientes, por eso enviamos a nuestro becario a darse una vuelta al museo de los errores más famoso de Madrid. ¿Habrá vuelto con un máster en locuras?
Si ustedes son aficionados a los museos como yo (en especial del Museo del Jamón) no dudo que habrán oído hablar o incluso visitado el museo más impactante de ésta, nuestra nación, ¿el museo del Prado? ¿el museo Thyssen? ¿quizá el museo Guggenheim? ¡No, amigos! Me refiero al ínclito Museo de Cera de Madrid, acompáñenme (si se atreven) a un recorrido demencial por las diversas galerías del museo y osemos poner en riesgo nuestra querida cordura (aunque me aventuro a pensar que los lectores de esta web no distan mucho de ingresar en el Arkham Asylum de Gotham).
(Nota personal: El precio de la entrada me estremeció aún más si cabe y eso que no compré el catálogo)
Buena noticia/Mala noticia
Las últimas noticias relacionadas con el Museo de Cera constatan que es capaz de exhibir recreaciones medianamente fieles al modelo real siempre y cuando los artistas trabajen con profesionalidad o sobrios, valga como ejemplo la figura del oscarizado Leonardo Di Caprio que logra un más que aceptable resultado (al margen del subjetivismo personal de cada uno). Se suma a algunas otras figuras como la de Antonio Banderas, Sofía Vergara o George Clooney que guardan un parecido notable con sus homólogos de carne y hueso.
Más revuelo y mofa ha provocado la figura de la diva de ébano Beyoncé, si bien no se ha traspasado la línea de aberración de la naturaleza desde luego el autor o autores de esta creación no acabarán figurando en los libros de arte. Y a colación de la cantante vamos a recordar lo más granado de este museo, las obras que han marcado un antes y un después en el panorama nacional y en las redes sociales en particular, ya se sabe amigos/as “Errare humanum est” pero errar tanto y con tal magnitud debería ser un crimen contra la humanidad.
Las puertas del museo se cierran con un siniestro quejido y ya no hay huida posible…
Centrémonos en mi admirado Fernando Alonso. Hasta el más valiente palidecería y notaría quebrar su altivez ante este ejemplar (y ahora viene la primera inyección de morfina para templar mis nervios) ¡Dios santo, ese grito de festejo! Esos ojos… ¡Lástima que mi admirado Lovecraft o Poe ya no estén vivos para poder obtener inspiración ante el horror mayestático que provocan!
Como se puede comprobar en la propia página web del Museo.
En 1984 tuvo lugar un curioso experimento radiofónico, el periodista y escritor Juan Madrid pasó una noche en la “Galería del crimen" del museo tomando apuntes y narrando en primera persona su experiencia a lo largo de la noche. El periodista tuvo que soportar una lúgubre noche intentando no ser víctima del ambiente y la peligrosa sugestión provocada por la quietud y realismo de las truculentas esculturas. Exijo repetir la experiencia en la actualidad, reto a cualquiera a pasar, ya no una noche, sino un día nublado en presencia de…
Doble falta... Falta de todo
Tras la realización del Iniesta de cera, agotaron todas las reservas de pintura blanca. Kalise para todos.
"No fue culpa de Mourinho, me fui por él." Declaraciones de Iker Casillas en el programa de Bertín Osborne
Esa figura viril y masculina con rimmel en las pestañas. Sí, beliebers, es Justin (OMG)
¿Se convertirá Leonor en una futura estrella pop?
Qué grande sale Falete en la primera imagen. ¿Caballé o Falete? Debate eterno
Algunas de estas obras ya no están expuestas en el museo, craso error en mi humilde opinión pues se habían convertido en estandarte del “arte denigrante” español. ¡Ay de aquel desventurado que por error entre en la sala de almacenaje y pueda observarlas en un fatal descuido! Habría tanto que comentar de las diversas figuras y su realismo que necesitaría tres artículos para poder desarrollarlo como se “merece” (y no me pagan lo suficiente, de hecho ni me pagan).
¿Cuál de las tres figuras es la de cera? Añadiría más, ¿cuál de las tres es Alaska?
Diversas teorías podrían explicar el por qué de estos atentados contra la humanidad. ¿Es el equipo de los guiñoles de Canal Plus el encargado de crearlas? ¿Son falleros desalmados cuyo deseo lógico al finalizar sus obras es la quema pública en una hipotética “Nit de la cremà”? ¿Artistas adelantados a su época como Doña Cecilia Giménez? ¿Las figuras de la Casa Real las elabora un republicano? ¿Simplemente, demasiado orujo? ¿Un grupo de trolls se han adueñado de los talleres del museo?
Y sin más dilación llegamos al momento cumbre de la visita, el momento más esperado y disfrutado por parte de un servidor…el Tren del terror…
Creeréis que no, pero sí, era este tren. Terrorífico, ¿verdad?
El tren del terror (Tututututu próxima estación Villainfierno de abajo, correspondencia con Línea 666 de lejanías y Línea y bingo del casino de Torrelodones...rimas al margen)
Respiración honda, emoción contenida, logro sentarme en el vagón, estoy solo, debo enfrentarme al terror sin ayuda de nadie, me limpio los cristales de las gafas y emito un suspiro de resignación como la de un reo ante el verdugo. El tren se pone en marcha y entonces sucede… La cacofonía de ruidos extraños que me hacen recordar a cualquier feria popular barata, las luces de guateque made in película de Pajares y Esteso… El “terror” que inspiran dinosaurios o ratas a cualquier espectador (¡En serio, salvo a Sheldon Cooper, ¿¡qué miedo puede provocarnos un triceratops o una rata gigante?!), en cambio John Rambo sí provoca terror por su realismo y por su perfecta habilidad marcial, no solo debe eliminar a “Charlies” sino también a alienígenas, dinosaurios, monstruos de toda índole (vamos, lo normal en un paseo por la jungla vietnamita). Cuando creí que había soportado estoicamente semejante castigo audiovisual me di cuenta de un error fatal, sudé copiosamente al comprobar que era un viaje de ida y vuelta…Mismo recorrido, mismo horror…misma cantina de Star wars.
Este Drácula es la mezcla perfecta del Condemor y Raphael haciendo de Dr, Jekyll y MR. Hyde, y sino me creéis, ojo al vídeo de abajo
WTF?
Despedida: Sí, amigos. Lo logré, escapé del museo más pobre en mi bolsillo pero más rico culturalmente.
Últimas notas del diario personal de Carlos Javier López, encontradas dispersas en una calle aledaña al Museo de Cera de Madrid, la investigación del macabro hallazgo sigue en curso…
Trastabillando logré abrir con mis escasas fuerzas la puerta de salida y traté de escapar de ese maldito lugar donde la demencia y el mal gusto campan a sus anchas. Una bocanada de aire fresco reanimó un poco mis mermadas fuerzas y a pesar de la sensación de mareo y nauseas, corrí, corrí todo lo que pude… un peldaño, un segundo, otro más…lo iba a lograr…aunque el destino inclemente tenía una última tortura con la que lacerar mi maltrecha alma, logré percibir a pesar de mis agitados jadeos y el ruido del tráfico cercano, la voz de un empleado del museo que se dirigía a mí tras haberse percatado de mi precipitada huída…y ¡que Dios me asista! Aún me tiemblan las piernas y debo encontrar refugio en el whisky barato para poder aguantar el recuerdo de sus palabras… la frase fue…”¡Señor, aún le queda por visitar el simulador 4D”!
Lo mejor: Que tiene puertas de salida, el hilo de esperanza que nos brinda Di Caprio, la sala oculta donde debe guardarse lo más granado del museo (figura de Fernando Alonso, el primer Rafa Nadal…)
Lo peor: La “denigrancia” en estado puro de la mayoría de las obras, el precio, el simulador (¿2D, 3D, 4D, Dado de 6 caras…?), el tren del terror (“no hemos reparado en gastos”). Que representa el patrimonio cultural nacional.
Este artículo lo ha escrito...
Carlos Javier López (Madrid, 1983). La J es para dar más empaque a la presentación. Natural de Madrid sin ser gato. Aficionado del F.C. Barcelona y del San Francis. Lector de cómics,... Saber más...