El spinning: la antesala del infierno

Por Anita C.

El spinning: la antesala del infierno

Es el deporte con más adeptos en los gimnasios. También el más odiado, temido pero súper eficaz para perder peso. Después de practicarlo durante un año, podemos decir que hemos sobrevivido a esta tortura sólo para contarte nuestras alegrías y sufrimientos. 

Si no has oído hablar en tu vida del spinning (o cyclo indoor) es que no has pisado mucho un gimnasio porque, de unos diez años a esta parte, se ha convertido en la clase estrella de los centros deportivos. Para que te hagas una idea, una clase de spinning consiste en subirte a una bici entre 30 y 45 minutos y ponerte a pedalear como una loca al ritmo de la música. Parece pan comido ¿verdad? Pues no es así. El monitor te va indicando cuándo y cuánto debes subir la carga de la bici. Para aumentarla tienes que girar progresivamente una rosca (o llave del infierno) que directamente hace más duro el pedaleo con el fin de simular que estás haciendo un recorrido real, en definitiva, como si estuvieras participando en el Tour de Francia. Pero la realidad es totalmente distinta: ni estás practicando un deporte rodeado de bellos paisajes, ni respirando aire puro y mucho menos, recibiendo las palabras de ánimo de los lugareños. Por el contrario, estás metida en una sala con luces de discoteca, respirando las miasmas ajenas bajo el influjo de una música machacona (perdón, electrónica) y de un señor/a que te grita: “¡Vamos pelotón, levantad el culo!”. Pero no es todo tan horrible. Podemos asegurar que los cinco primeros minutos de la sesión suelen ser llevaderos porque tienes la sensación de estar subiendo en bici una pequeña cuestecilla…  Cuestecilla que poco a poco se convierte en monte y que termina por sentirse como si estuvieras subiendo el maldito Everest. Ni que decir tiene que en esos instantes, los muslos y el trasero te echan fuego, tus pulsaciones se disparan, mueves las boquita tal cual pececillo al sacarle del agua y rompes a sudar como si no hubiera un mañana. 

En este deporte no intentes parecer sexy porque te sale solo eso de poner cara de mala leche.

En esos momentos te pasa toda tu vida en filminas. Te aparecen las imágenes de todos tus seres queridos por la cabeza y te lamentas por no haberles dicho lo mucho que les querías. Recuerdas al Piraña de Verano Azul en su bici comiendo un bocata de mortadela pero, especialmente, echas de menos tu sofá (con lo blandito que es y lo bien que estarías tumbada en él).  Entonces te preguntas “¿qué hago yo aquí y por qué a la gente le engancha el spinning?”

En una clase de spinning se pierden entre 500-600 calorías y el sentido del humor.

¿Por qué tiene tanto éxito el spinning?

La principal razón es que algunos humanos somos un poco masoquistas. Pero también porque la recompensa es bastante inmediata y tras haber superado un durísimo reto el placer que uno experimenta es inmenso.  Además con este entrenamiento se pierde peso con bastante rapidez y la tonificación de abdomen, piernas y glúteos es asombrosa. Ni que decir tiene que un ciclista puede correr a coger el autobús sin ahogarse o ponerse las botas comiendo con la certeza de que ya lo quemará mañana en la bicicleta.

Otro punto a favor es que esta actividad física no requiere una gran destreza motora, ni una excelente coordinación como en las clases de step, zumba o aeróbic. Una puede respirar aliviada porque en spinning no va a estar frente al espejo sintiéndose como un pato mareado mientras te rodea el elenco de bailarinas de Madonna; todas delgadísimas, fibrosas  y estupendísimas de la muerte. Eso sí, con el tiempo, constancia y el calvario del spinning ¿quién no te dice a ti que no vas a poder ponerte un maillot?

Madonna tiene unas piernas estupendas porque todos los días va a comprar el pan en bicicleta.

Consejos para principiantes:

-Si no practicas ningún deporte, es mejor que trabajes tu fondo corriendo o haciendo elíptica antes de acudir a una clase de spinning.

-Durante las primeras sesiones, ve a tu ritmo. Si te cansas de pedalear incorporada en la bicicleta, haz la clase sentada y no subas la carga demasiado. Tampoco es plan que te saques el Hola para leer mientras pedaleas. Al menos disimula. Un truco infalible es que finjas que giras la rosca de la carga y pongas cara de no haber ido al baño una semana.

-Durante el ejercicio controla tu respiración y tus pulsaciones: no mola nada vomitar encima del monitor y mucho menos, sufrir un colapso (¡ojo! Que las bicis tienen una altura y el chichón puede ser generoso).

Con todos ustedes ¡el nuevo potro de tortura!

-Informa al monitor/a de que es tu primera vez para que te enseñe a colocar la bici a tu estatura y así evitarás lesiones especialmente en las rodillas. De paso, mírale el trasero.

Aprovecha el calentamiento para observar el material que hay en la clase porque después el sudor nublará tu visión.

-Intenta llevar siempre la espalda recta y los brazos relajados. Lo más normal es que del esfuerzo te tenses tanto que quieras arrancar el manillar pero eso solo sirve para que acabes con las cervicales a por uvas. Esos cacharros son duros de narices.

-En cuanto al código de vestimenta, puedes hacer spinning en mallas normales aunque siempre es mejor un culotte. Sí, son horribles lo sabemos pero muy necesarios. Para que no te lleves sorpresa, te avisamos que el sillín de esas bicicletas son como ladrillos: nada que ver con tu Motoretta de cuando eras pequeña. De hecho, los culottes y los sillines de gel alivian (repetimos: ALIVIAN) pero sería genial que te dejaran llevar un cojín porque el dolor de trasero y de otras zonas íntimas que vas a sentir no tiene precio. También es verdad que con el tiempo se hace callo.

Eso era un sillín y no los pedruscos que ponen ahora a las bicicletas.

-Imprescindible llevar una grandiosa botella de agua (así no robarás la del vecino) y ¡una toalla! Por mucho que seas de las que no sudan necesitarás un traje de buzo para poder salir del charco que dejarás alrededor de tu bicicleta.

-Y en cuanto a calzado, puedes utilizar unas zapatillas de deporte comunes pero con el tiempo es aconsejable que te hagas con una especializadas para que puedas fijarte a los pedales y así conserves mejor la postura durante el ejercicio (o para fardar de que eres toda una experta).

Y… 24 horas después de la clase:

Si has conseguido levantarte de la cama ¡enhorabuena! No te asuste si no puedes caminar, sentarte y levantarte o tiemblas como el conejito de Duracell. Te ayudará psicológicamente maldecir, acordarte de los santos del monitor/a pero nosotros creemos que es mucho más efectivo que te comas un buen Whopper completo… Al fin y al cabo, en dos días, estarás de nuevo en el purgatorio, pagando por tus pecados.  

Jonnhy G, el creador del spinning. (Con ese nombre ya podría haber inventado una técnica sexual para perder peso).

 

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Este artículo lo ha escrito...

Anita C.

Anita C. (Madrid, 1974). Redactora freelance de moda y belleza y madre de un niño y una niña. No le da vergüenza admitir, que no lleva nada bien lo de cumplir años, ni pasar todas sus tardes... Saber más...