Los carnavales: la peor de las pesadillas para las madres

Los carnavales: la peor de las pesadillas para las madres
¿Alguna vez has odiado algo con todas tus fuerzas? ¿Te has visto obligada a disfrazarte de algo que no te gustaba? O, peor, ¿te ves obligada en estas fechas a anotar en tu agenda con qué elemento decorativo tienen que ir tus hijos durante todo el mes para celebrar el carnaval? Hoy nos solidarizamos contigo y nos echamos unas risas con algunos de los modelos más humillantes del carnaval 2016.
Estoy empezando a odiar con todas mis fuerzas los carnavales, sí. Sobre todo desde que soy madre y nos obligan a llevar a los niños con una cosa distinta cada día durante tooooda la semana de carnaval. El lunes tienen que ir con un sombrero; el martes, con una nariz; el miércoles, con una peluca; el jueves, con un chaleco, y el viernes, disfraz completo. Eso sin contar con que también nos han puesto deberes (a las madres, porque los padres pasan y los niños aún no saben hacer la o con un canuto, y tenemos que llevar un antifaz decorado a lo largo de la semana (supuestamente hecho con el niño, ¡ja!).
Pero eso no es lo peor, lo peor es lo mal que te hacen sentir si un día tu hija es la única de la clase a cuya madre se le ha olvidado la maldita peluca. Claro, como si fuera tan fácil levantar a los niños a las 7:30 de la mañana, llevarlos a la cocina, conseguir que se metan el vaso de leche y cuatro míseros cereales en el estómago, que se quiten el pijama, se vistan (con la ropa que yo les he traído), se laven los dientes, la cara, se peinen, cojan su almuerzo (el que yo les he preparado), se suban en el coche, nos vayamos al cole, consigamos aparcar y lleguemos puntuales antes de las nueve. Pues sí, es fácil que ese día se me olvide la puta peluca de la niña. Pero la educadora solo me transmite con esa mirada acusadora lo traumatizada que quedará mi hija de por vida por no haber ido con el postizo rosa.
De todas formas, lo de la niña es lo de menos, porque con quien más quebraderos de cabeza me ha dado este año el maldito carnaval es con el niño mayor (cinco años ya). Este año, el tema del carnaval en el cole del hijo mayor es “Cuentos tradicionales”. Y a la clase del mío les ha tocado Los tres cerditos. Cuando nos lo comunicaron vía email, lo vi muy claro: mi hijo, de lobo, que también es un personaje del cuento. ¡¡¡Ay, desgraciada!‼ Yo pensaba que la vida era fácil, pero no. En una reunión posterior al correo, y cuando yo ya me había agenciado un disfraz lobuno, la profesora nos dijo que el único lobo en el carnaval iba a ser ella. ¿¿¿Cómoooooo??? ¿Y eso por qué, eh? ¿Por qué tiene que haber un solo lobo? Además, ¡loba! Que no lobo. ¿Por qué tiene que haber veintiocho cerditos y un lobo en vez de quince cerditos y catorce lobos? ¡Señor, qué ganas de fastidiar a los padres! ¿Y no podrían haber elegido otro cuento con más variedad de personajes? Pues no, aquí todos cerdos, y después gloria.
La cosa no queda ahí, qué va. Menuda se ha montado en el grupo de WhatsApp de las madres (y un par de padres, que siempre están en minoría en temas de educación de hijos). Las que tienen hijas no han tenido ningún problema en decirles a sus retoños que tendrían que ir vestidas de este encantador animalito rosa. Pero los que tenemos hijos llevamos como quince días diciéndoles a los niños que no pasa nada por ir disfrazados de cerditos, que tanto los cerdos machos como las cerdas hembras son de ese color. Según se desprende de los mensajes de las madres, la mayoría de los niños tiene ya, a esta tierna edad, un buen número de prejuicios con el color rosa. Ante la negativa de los más prejuiciosos de ponerse una camiseta y mallas rosas para el día C, por el WhatsApp han empezado a circular todo tipo de propuestas de madres desesperadas como yo. Hay quien ha decidido vestir al niño de granjero, porque como bien se ha recordado, los cerditos eran granjeros y otra cosa es mentira cochina. También han empezado a circular una vasta variedad de gorros a cual más humillante para los pobres niños. Desde el gorro de Lidl con el cerdo completo en la cabeza, hasta la careta de la pobre Peggy.
Modelo Cerdito del Lidl. Temporada 2016.
Modelo Cerdito volador. Humillante a más no poder. Solo válido si tu hijo es Jim Carrey
Modelo Cerdito cursi, con camisa brilli-brilli incluida. Aunque el chico es un bombón.
Modelo Peggy, para que nadie sepa que hay un niño debajo de la máscara
Finalmente, alguien ha encontrado un gorro más o menos digno en un chino de la población vecina y al pobre chino se le han agotado los gorritos gorrinos en cero coma dos segundos. De ahí nos ha derivado a otro colega chino para que le compráramos más gorritos y allá que nos hemos ido el resto. Ha sido agotador. Aún estoy por decidir cómo rematar el resto del disfraz, porque el niño no puede ir solo con un cachivache en la cabeza, claro. De la vuelta que me he dado por el chino, que es más grande que un Mercadona, puedo ponerle una corbata, una pajarita, una camiseta rosa, el pico y la pala para que se construyan la casa… En fin, sigo dándole vueltas al tema del disfraz.
¡¡¡A Dios pongo por testigo que no volveré a comer cerdo‼!
Pero aquí os dejo con algunos de los modelos más humillantes para el carnaval de este año.
1. El elefante feliz. Realizado en tela altamente inflamable y 100% made in China.
2. El arácnido. Perfecto si durante la fiesta no quieres probar ni beber nada.
3. El principito. Sin duda, el más cursi de todos. Si quieres declararte a tu princesa durante el carnaval, este es tu disfraz.
4. Adan y Eva for ever. Si quieres hacer el ridículo en pareja, aquí tienes una buena opción.
5. Si no te quieres olvidar de tu abuela durante esta fecha tan señalada, aquí tienes la oportunidad de montarte encima de ella.
6. Modelo inclasificable, pero que no podía no poner. ¡¡Señor, hay que tener valor para ir a una fiesta así‼
Este artículo lo ha escrito...
Xira Ruiz (Alicante, 1979) es doctora en CC. Políticas. Ha trabajado en un organismo internacional varios años, aunque eso no le ha impedido formarse como correctora de textos. Como guardiana de... Saber más...