Mi boda es más rara que la tuya

Mi boda es más rara que la tuya

Un año más estamos en plena temporada de BBC´s (bodas, bautizos y comuniones) pero estos elegantes eventos han dejado de convertirse en lo que eran (elegantes eventos) para transformarse en una competición para ver quién consigue organizar el fiestorro más memorable (=raro que te pasas). Preparaos para descubrir un mundo horriFASCINANTE donde las bandadas de palomas amaestradas y las servilletas dobladas recreando a la Victoria de Samotracia se mezclan ahora con sables láser y lo último en barbas hipsters. En resumen: el horrNO-VA-MÁS.

Recabando material para mi próxima novela, que transcurre durante una boda en un pueblo de Segovia, he tenido que ponerme al día sobre las últimas tendencias en bodorrios. Y con eso no sólo me refiero a la última colección de Pronovias sino en todo lo relativo a las últimas tendencias en fiestas, locales de moda, la música que se pone o qué se hace ahora para sorprender a los invitados a un evento de esta categoría.

Y las conclusiones a las que he llegado son, intentando bastante no exagerar, tan espeluznantes, que he tenido que releer Cementerio de animales de Stephen King para olvidar las atrocidades que algunos están cometiendo en sus bodas.

En el campeonato "Mi boda mola más que la tuya" no hay espacio para la compasión con los invitados.

Resulta que para un amplio sector de novios ya no basta con buscar un sitio mono, inflar a tus invitados con jamón del bueno y vino de la Ribera del Duero, gastarte una fortuna en darles de comer más y, a continuación, pagar una barra libre. No, ahora lo que se lleva es sorprenderles con un evento diferente y original, algo que los invitados no puedan olvidar.

Nunca.

En su vida.

Aunque quieran.

Y viendo algunas cosas que se llevan no me extraña que algunos no lleguen a olvidarlo. Ni abusando de un complejo cóctel de psicotrópicos o acudiendo todas las semanas a terapia.

Porque algunos novios están yendo más allá de las tapas-fusión, de las aberrantes listas hechas en Spotify, de sustituir a las palomas por elefantes y a los curas por chamanes y de contratar coros de gospel para que canten en la iglesia (¡ay, qué daño ha hecho Love Actually en el mundo de las bodas!)

Concretamente son esos novios que intentan que sus bodas sean un reflejo de su personalidad, o de sus gustos personales o, ¡cómo no!, de sus obsesiones.

La obsesión de estos novios con ahorrarse una pasta con el convite les llevó a organizar una ceremonia tipo Tim Burton. No fue ni el tato. 

Por ejemplo, en Campillo de Ranas, un pueblo de Guadalajara, puedes organizar una boda a la medida de tus fantasías. Conocido también como el parque temático rural de las bodas, un Las Vegas castellano-manchego, en Campillo de Ranas nadie se extrañará si quieres que tu boda se convierta en una recreación, lo más realista posible, del episodio IV de Star Wars (de hecho, lo más probable sea que hayan recreado tantas veces que tú les parezcas un timorato aburrido) o de la trilogía de El Señor de los Anillos (para este tipo de bodas ya tienen hasta un servicio de alquiler de fundas que imitan pies de hobbit).

Este es el único traje de novia con el que tienes que ponerte a dieta sí o sí.

 

¿Hay algo más rarito que una boda con temática de El Señor de los Anillos? Sí, una boda de señores chinos con temática de El Señor de los Anillos.

Pero la cosa no se queda ahí: dime qué película es tu favorita y seguro que encuentras un profesional experto en organizar un bodorrio inspirado en ella que lo flipas, obligando, ya que estamos, a los invitados a hacer el canelo durante todo el fin de semana.

Sí, es cierto: en el código de vestimenta de algunas ceremonias se incluyen las palabras “maquillaje”, “facial” y “verde mugriento”. 

Pero si no te basta con ser así de súper-original, todavía puedes dar un paso más allá y hacerte con lo último en bodas molonas: ¡las bodas hipsters!

Las bodas hipsters se distinguen por tener mucha personalidad (no sabemos de qué tipo pero deducimos que personalidad hipster, sea lo que sea eso) y recrear esa atmósfera tan rustic chic de moda (sea lo que sea eso) entre esa tribu urbana. Imaginad: ropa que recuerda a otra época (en concreto, a la de tu abuelo Paco), camisas de cuadros a gogó, tirantes, barbas por todas partes (hasta de alquiler, si es necesario), bicicletas oxidadas, tazas que, ATENCIÓN, no van a juego, sí, sí, ¡no van a juego!...

Si estás interesado en el tema, en Tierras del Agua (www.tierradelagua.com) te organizan un bodorrio hipster en un pis pas: con una ceremonia muy cuqui en medio del bosque, un picnic junto al río con productos de la tierra o como si los hubiera cocinado tu tía Paqui, decoración hand-made, detalles vintage como muebles desparejados y con la pintura hecha una mierda o un leñador cortando troncos para dar ambiente y todo lo que se te ocurra para que tus invitados piensen que has perdido la cabeza definitivamente o que eres un tacaño que no se quiere gastar un duro en su propia boda. Pero de barato nada, porque Tierra del Agua dispone de un servicio exclusivo de Wedding Planner, lo que nunca es barato sino todo lo contrario por muy hipster que seas tú y tus circunstancias.

 

Lo bueno de que te inviten a una boda así es que podrás sacar gratis la ropa del baúl de tu abuela. Lo malo es que las barbas hipsters pican un montón.

Te parecerá que ahorras un montón en tu boda hipster si usas latas vacías como jarrones, flores del campo en el ramo de novia en vez de exóticas orquídeas y los cubiertos que sobraron de tu apartamento de Benidorm. Exacto, te parecerá, pero no. Nunca olvides que esto es una boda.

Si después de haber visto estas imágenes aún seguís sin ganas de pegarle fuego a la invitación de boda que tenéis en el buzón podemos seguir escarbando en el tema de las bodas “especiales”. Aunque yo ya no sé qué es mejor: si asistir a una boda de estas y hacer, al menos, el canelo durante un buen rato, beberse hasta el agua de los floreros y pensar que es carnaval... o asistir a una tradicional y sentarse al lado de un señor gordo con corbata que se pasa toda la comida gritando "viva la madre que parió a la novia", "viva el padrino" y "que se besen" para, a continuación, secuestrar a la novia, quitarle su zapato de quinientos euros y beber champán directamente de él (espero que la novia no tenga problemas de sudoración excesiva). Ahora que lo pienso es mucho mejor ir a una boda temática. Al menos, siempre puedes pensar que estás haciendo "otra" cosa, lo que sea.

Si quieres que tu boda sea realmente memorable en vez de dejar en las mesas cámaras desechables deja armas de usar y requete-usar.

Y yo me pregunto: ¿qué será lo siguiente en el capítulo de Bodas Bizarras? ¿Bodas Sicilianas (con Don Vito Corleone de wedding planner)? ¿Bodas en el barro? No tengo ni idea y ni tan siquiera me atrevo a imaginarlo. Sólo me limito a mirar al infinito y a rogar un año más para que a nadie se le ocurre invitarme a una boda. Y que vengáis vosotros y me lo contéis.

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Este artículo lo ha escrito...

Rebeca Rus

Rebeca Rus (Madrid, 1974) es creativa publicitaria, escritora, columnista y responsable de la sección de cocina de la Revista Cuore. Es la autora de los libros "Sabrina:1-El Mundo:0", "Sabrina... Saber más...