Placeres culpables: yo también soy una cougar lady

Placeres culpables: yo también soy una cougar lady

Notas que la baba se te escurre por la barbilla, se te aceleran las pulsaciones y la ropa interior lucha con todas sus fuerzas por salir por la pernera de tu pantalón y marchar en sagrada ofrenda… bien, eres una mujer con un sensible sentido de la estética, ¿pero qué pasa cuando el objeto de deseo aún no ha cumplido los veinticinco? Pues nada, porque ahora ser una cougar está de moda.

¡Cuántos eufemismos utilizamos en esta vida! Que si “me noto hinchada” (tienes pedos de toda la vida de Dios, hija mía), que si “me he dado un caprichito” (has fundido la tarjeta y lo sabes, perra mala) o el clásico “nos dimos una alegría” (te lo has chingado con toda tu fuerza vital). Y estoy muy en contra, que si algo está en peligro de extinción en este mundo además del lince ibérico, es la naturalidad. Y así con naturalidad digo que hay tíos que no han cumplido los 25 que están BUENOS. En mayúsculas. Al principio los miras anonadada en plan: “¿To’ eso es suyo?” y luego vienen los remordimientos y los “cuando yo tenía veinticinco ellos aún hacían los deberes”. Pero si te ponen tocina, te ponen tocina.

Un estudio del Kinsey Institute for Research in Sex afirma que los hombres alcanzan su plenitud sexual a los 18 años y las mujeres a los 30 años, con lo que es más que natural que nosotras, en plena madurez y efervescencia sexual nos fijemos en machos de nuestra especie que se encuentren en el mismo momento que nosotras. O es una excusa fenomenal para justificar que se nos vayan los ojos, oiga. Pero es que además… ¿recordáis el anuncio de Petit Suisse de “a mí me daban dos”? Pues hay muchos que debieron comerse la fábrica entera, a sus trabajadores y un par de camiones de distribución, porque vaya gusto para la vista.

No sé muy bien cuándo empecé a alegrarme la pestaña con mozalbetes a los que saco unos años, pero lo cierto es que este 2015 está siendo una revolución en cuanto a jabatos se refiere. Y sí, da un poco de "vergüencita" confesar que alguien a quien sacas unos cuantos años te ponga becerrilla, pero oye, la naturaleza es como es y una no puede ponerle puertas al campo. Si te gusta, te gusta. Ellos han mirado con lujuria toda la vida a chicas más jóvenes y lozanas y no pasa nada. Se les da una palmadita en la espalda y “ole, machote”. Tenemos mucho que aprender de mujeres como Demi Moore, Madonna o Jennifer Lopez, que se marcan un toy boy cogido del brazo en un photocall y pueden ponerlas verdes, pero ellas se lo gozan.

Lo que se vayan a comer las gusanas que lo disfruten las humanas.

Y para que nos lo gocemos nosotras (mientras entono el “mea culpa yo también los miro con impudicia) aquí va un listado de mis más recientes descubrimientos. Porque nunca mal momento para alegrarse la vida.

Juan Betancourt

Veinticuatro añitos tiene el chico, pero es más largo que un día sin pan y da más gusto mirarlo que rascarse la espalda. Y además esto lo digo con conocimiento de causa, que lo he tenido delante y no se puede ser más guapo y más tío bueno.

Nick Jonas

Lejos quedaron los años en los que era imberbe y cantaba con sus dos hermanos mayores para total gozo de las adolescentes. Este chico ha crecido y lo ha hecho bien, con pelo en pecho incluido. Si algo destila este tío es testosterona en cantidades ingentes.

Shia Labeouf

Es el mayor en este ranking con sus 28 años, pero no deja de llamar la atención que hace unos años fuera el chiquillo al que los Transformers ayudaban a ligarse a Megan Fox. A ver ahora quién se le resistía con esa pinta de leñador rudo que se gasta.

Logan Lerman

Con este chico tengo un problema, porque igual me da ternura que me pone tonta. Es el típico chico que sabes que será impresionante a los treinta (si la alopecia y la cerveza no lo llevan por el mal camino) pero que ya apunta maneras. Y no os dejéis llevar por su cara de niño, que ya ha cumplido los 23.

 

Harry Styles

Veintiún añitos tiene la criatura. Y sí, yo también arrugaba el labio superior cuando alguien me decía que es una fuerza de la naturaleza. Hasta que lo vi en vivo y en directo y dije… “ay, omá”. Alto, guapo y elegante, este chico tiene pinta de marrano al que le gusta la mala vida y robar bragas, sí, esa pinta que puede hacernos babear.

 

Compañero de grupo del anterior mozalbete, casi de la misma quinta y con la misma pasión por los pantalones estrechos. Tiene 22 pero más barba que mi marido y pinta de hablar muchos idiomas… no sé si me entendéis. Guiño, guiño.

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Este artículo lo ha escrito...

Elísabet Benavent

Elisabet B. (Gandía, 1984). Trabaja en una oficina muy azul en la que se habla de comunicación corporativa; cuando sale corre a alimentar a sus dos gatos gigantes. Le encantan los zapatos, las... Saber más...