Sí que somos Supermamás
Sí que somos Supermamás
Desde Glup Glup llevamos meses negándolo, que si no somos súpermamás, que si nos han vendido la moto, que si no podemos con todo… Pero por mucho que nos emperremos en negarlo al final va a resultar que sí somos extraordinarias.
He estado dándole muchas vueltas a este tema y al final he llegado a la conclusión de que por mucho que intentemos negar la realidad no podemos ocultarlo más: tenemos superpoderes.
Puede que no sean los que nos achacan en los medios de comunicación. Puede que parezcan superpoderes de poca monta. Puede que ni siquiera sean los que nosotras desearíamos tener. Pero son superpoderes. Y, queridas amigas, eso nos convierte en supermamás. Así de clarito. Y si no me creéis, leed a continuación una selección de los más apabullantes.
1.- Supermaña: Conseguimos que nuestros hijos coman coles de bruselas y otras verduras asquerosas.
Espero que estas ascogalletas de rábano sean la solución definitiva a nuestros problemas.
2.- Hiperflexibilidad: Somos capaces de cambiar un pañal en los sitios más inverosímiles: en la parte trasera de un coche, encima de un urinario público, en un banco de una iglesia, etc. Nombradlos: los he probado todos.
Elige un lugar con espectáculo asegurado y todo será mucho más fácil.
3.- Invisibilidad: para llevar un pañal sucio en el bolso hasta que encontremos un sitio donde tirarlo.
En mi bolso encontrarás las cosas más increíbles: dos Koyac sabor cereza, una diadema rota, un par de tornillos, pilas viejas, una bolsa de gusanitos, un carrete de hilo, un yoyó, un destornillador pequeño de estrella y una bolsa anudada del Ahorramás con un pañal sucio dentro (del que me desharé sin que tú ni te enteres).
4.- Superfuerza: para acarrear un peso muy superior al nuestro. Como las hormigas. Y para eso sólo necesitamos empujar un carrito de bebé.
Dame un carro de bebé o uno de la compra y moveré el mundo.
5.- Power Control: para contener nuestra furia al máximo cuando un abusón empuja a nuestro niño en el parque. Ay, si las miradas matasen...
Miedo de verdad es el que me provoca la montaña de plancha que me está esperando en casa, no tú.
6.-Paciencia Tope: para explicarle muy lentamente a un adolescente que “sí, de verdad, sabemos de lo que estamos hablando porque ya hemos pasado por eso antes con él” mientras nos mira con los ojos en blanco y resopla por la nariz.
Nosotras también podemos poner cara de intensas.
7.-Multitasking Plus: para poner lavadoras mientras hablas por teléfono, limpias mocos de una nariz infecta e impides que un bebé de ocho meses no acabe electrocutado.
-Entonces, importo la base de datos de los clientes al archivo FMX3Piiiii del microondas si el puré ya está listo, no toques eso, niña, ¿no?
8.- Hiperasertividad: para poder decir más “no” que nadie por minuto. “No te compro esa chuche”, “no vamos a montar otra vez en los cochecitos”, “no te doy Nocilla, que se te pican los dientes”, “no vamos a sacar las pinturas de manos”, “no me voy a traer a ese niño de tu clase que se porta como el culo” y la que más me gusta de todas, “no porque yo lo digo”.
¿Próximo paso? Me lo voy a tatuar en la frente.
9.- Rayos X: para encontrar todo, absolutamente todo (incluso ese tenedor minúsculo del atrezzo de la caravana de los Pin y Pon Me Cago en Tus Muertos), como ya demostramos en el artículo ¿Eres una Google-Mum?
Tú quieres que busque el zapato de la Barbie, pero yo he encontrado esto.
10.- Desinterés Supino: por tus cosas, por tus prioridades y por cualquier cosa que requieras hacer tú. Siempre antepones cualquier cosa, por ínfima que sea, a tus necesidades. Y eso desemboca en que muchas veces vayas a la piscina con una pierna depilada y la otra no. Pero eso también forma parte de nuestro disfraz de incógnito, ¿verdad? Nadie sabe que bajo esa capaz de dejadez y ese conjunto elegido en el último momento y arrugado se oculta una superheroína capaz de hacer cosas increíbles.
Aprovecha cualquier momento para retomar la lectura, aunque sea a costa de descuidar otras obligaciones.
Quizá el problema es que desde los medios de comunicación nos han estado achacando un tipo de superpoderes con los que no nos sentíamos identificadas. Nos echaban demasiadas cosas sobre nuestras espaldas, cosas que parecían realmente importantes, realmente difíciles. Al final los pequeños superpoderes, las pequeñas habilidades que nos hacen sobrevivir al día a día, son las que realmente importan. Y las que nos convierten en supermamás.
Este artículo lo ha escrito...
Rebeca Rus (Madrid, 1974) es creativa publicitaria, escritora, columnista y responsable de la sección de cocina de la Revista Cuore. Es la autora de los libros "Sabrina:1-El Mundo:0", "Sabrina... Saber más...