Abuelita, ¡qué cejas más grandes tienes!

Por Anita C.

Abuelita, ¡qué cejas más grandes tienes!

Te contamos en primera persona todas las vicisitudes con las que te encontrarás cuando decidas adaptarte a la moda de las cejas anchas. Si no lo lees, no lo creerás; pero dejar aparcadas las pinzas de depilar nos puede acarrear más de un problema.

Hace tres años todas las revistas femeninas aseguraban que volvían las cejas ochenteras. Tengo que reconocer que este dato revolucionario me pilló por sorpresa. Pensé que era una moda pasajera, cogida con pinzas por el mero hecho de que la modelo Cara Delevingne se había convertido en un icono para las jovencitas. Sin embargo, me equivoqué. Hoy por hoy la ceja ancha ya es un imprescindible en belleza. Aporta naturalidad al rostro, personalidad y, como dicen los expertos: un toque salvaje y felino.

A mí, personalmente me trae sin cuidado si de repente me vuelvo en la moderna del barrio, me pongo a rugir o a cazar ratones en los contenedores de basura.

Mi mayor motivación para seguir esta tendencia residía en que por fin no tenía que hacerme, semana tras semana, el haraquiri con las pinzas. ¡Era una liberación total! De hecho, mira si soy optimista, que a veces me pregunto si este no será el primer paso para la revolución velluda de la mujer (o algo parecido a lo que contabámos en este artículo) y que dentro de cinco años tampoco tengamos que depilarnos las axilas… Quizá nosotras no lo veremos, pero ¿quién nos dice que nuestras tataranietas no vivirán en un mundo en el que podrán lucir sus piernas a lo Macario? Si lo pienso objetivamente, la visión de una de mis descendientes en minifalda y con “las patas peludas” me parece espeluznante, pero ¡qué le voy a hacer! Soy antigua, de la generación de la cera caliente.

 

Si ha vuelto la moda de las cejas ochenteras, cruza los dedos para que dentro de cinco años no se lleve el estilo de Marlene Dietrich.

Marlene Dietrich (1901-1992) fue conocida por sus bedroom eyes.

Cómo conseguir las cejas de Cara Delevingne

“Esto está chupao” fue lo primero que se me pasó por la mente cuando decidí dejarme las cejas largas. Mi plan era sencillo y sobre todo económico: no volver a pisar un centro de depilación con hilo y dejar de pagar una multa de 300 € por agresión a mi esteticista hindú. (De verdad, me estaba arruinando).

La primera semana no noté ningún cambio apreciable, pero a los quince días, mi aspecto era un poco deprimente: como si estuviera enferma o me hubiera abandonado absolutamente después de una ruptura amorosa.

La tercera semana sufrí un intenso síndrome de abstinencia. Cada vez que me miraba en un espejo un sudor frío me recorría el cuerpo y el latido cardiaco se me disparaba. Mi mano temblorosa se acercaba por voluntad propia al cajón de mis pinzas de depilar. Todavía no me creo que fuera capaz de resistirme a la tentación de arrancarme ese hormiguero de pelos.

Al mes llegué a la conclusión de que lo mejor era no acercar la vista a un espejo, ni si quiera al del retrovisor de mi coche al dar marcha atrás. Tampoco te preguntes cómo fui maquillada durante toda esa semana porque no lo sé. Nunca vi mi reflejo.

El caso es que mis amigas empezaron a darme largas para quedar conmigo y mi chico a gritarme: “¡¡más madera!!”, así que no me quedó otra que tragarme mi orgullo y suplicar ayuda a mi queridísima esteticista hindú.

La actriz y modelo Brooke Shields puso de moda la ceja ancha en la década de los ochenta.

¿Qué debes saber si te dejas las cejas anchas?

–Ante todo, asegúrate de que te queda bien. Como sucede con los labiales rojos, el maquillaje de ojos ahumados o las dichosas sombras malvas, no a todo el mundo le favorecen las cejas pobladas. A las mujeres de ojos grandes, rasgados y, sobre todo, de color claro, les resalta la mirada. Las que tenemos los ojos pequeños parecemos Groucho Marx.

–Inocente de mí, pensaba que era más que suficiente dejarlas crecer a su libre albedrío y luego (si eso), pasarles el cepillo mientras me alisaba la melena. Nada más lejos de la realidad: las cejas XXL de Emma Watson, Keira Knightly o Sofía Vergara también requieren de una correcta depilación. Es necesario marcar el arco (aunque de una manera más ligera), eliminar el vello más cercano al párpado móvil para que no entristezca la mirada, y peinarlas y fijarlas a diario.

–No sé cómo decir esto sin echarme a llorar… Al permitir al vello de las cejas campear a sus anchas, puedes descubrir que tienes calvas. ¡Oh, sí! ¡CALVAS Y CANAS! Ten en cuenta que al depilarlas durante años y años es normal que hayamos perdido mata. En mi caso llevo haciéndolo desde los noventa por culpa de Sherilyn Fenn, la sexy Audry en la serie Twin Peaks (1990-1991, David Lynch y Mark Frost). Gracias a ella, también perdí varios empastes tratando de hacer un nudo con la lengua al rabito de una cereza. Gracias, Sherilyn.

La actriz Sherilyn Fenn se convirtió en un icono de belleza en la década de los noventa.   

La solución cosmética para tener unas cejas perfectas  

Años atrás (habló la abuela), las mujeres apenas prestábamos atención a las cejas. Por supuesto, las depilábamos, pero poco más. Solo algunas señoras mayores se las maquillaban con lápices especiales, y el resto con rotulador Edding. De hecho, recuerdo de adolescente estar en la peluquería esperando a que a mi madre le terminaran de teñir las canas y ver, anonadada, cómo el peluquero le pasaba el pincel por las cejas con el resto del tinte que había utilizado. En aquellos tiempos todo se aprovechaba y mi madre lucía dos ratas muertas negras por cejas.

Por suerte, la cosmética ha evolucionado tanto, que puedes conseguir unas cejas naturales sin canas, alopecia, traviesos remolinos ni lianas.

Por ejemplo, la firma de maquillaje Eyeko acaba de lanzar en España estos dos productos para cejas:

Eye Brow Gel: Fija las cejas y el color de una manera natural. Las mantiene perfectas todo el día, sin borrones, descamación o rigidez. PVP: 21€.

Brow Liner: Es un pincel de precisión para rellenar las áreas menos pobladas y se adapta automáticamente al color natural de tus cejas. PVP: 16€.

Ambos productos de venta exclusiva en Perfumerías Douglas.

www.eyeko.com

 

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Este artículo lo ha escrito...

Anita C.

Anita C. (Madrid, 1974). Redactora freelance de moda y belleza y madre de un niño y una niña. No le da vergüenza admitir, que no lleva nada bien lo de cumplir años, ni pasar todas sus tardes... Saber más...