Me niego a ser una vieja pelleja
Me niego a ser una vieja pelleja
Hoy en día da la impresión de que si no eres joven y bello te conviertes en un cero a la izquierda, especialmente para las marcas comerciales que, en general, tienden a ignorar a las personas maduras. Y, pasados los cincuenta, la cosa se pone mucho peor. Pero ¿de verdad hay que conformarse con la idea de que las personas mayores no pueden ser ni interesantes ni atractivas? No y no.
Lo tengo clarísimo. Si tuviera que pedirle un deseo al año que entra sería este: quiero envejecer con estilo. Me niego a pensar que con cada año que pasa me voy a convertir en una mujer menos interesante y, en paralelo, más invisible. Desgraciadamente, nadie me va a poner las cosas fáciles porque, a partir de cierta edad y cierta talla, las marcas comerciales se empeñan en vestir a las mujeres como si fueran viudas sicilianas o réplicas de Marujita Díaz.
Los Dolce&Gabanna se han inspirado en las viudas sicilianas pero las han pasado por el DeLorean DMC-12 de Marty McFly.
Son viejas, pero de espíritu sólo.
Y es que la moda para señoras maduritas apenas ha evolucionado desde que nuestras abuelas se atrevieron a ponerse pantalones en vez de faldas con medias por la rodilla.
Tras esa dulce sonrisa nadie puede adivinar que lleva unas medias de comprensión horrorosas y unas pantuflas.
Pasearse por cualquier calle comercial y detenerse en el escaparate de cualquier tienda dirigida a personas mayores es una invitación para sumergirse en una negra depresión, una depresión que invita a ponerse más ropa negra (preferiblemente, en forma de saco).
No me extraña que tenga cara de vinagre. Yo también la tendría si sólo pudiera vestirme así.
Claro que la opción tampoco es hacerse un Ana Obregón y ocultarle a todo el mundo (empezando por a ti misma) tu edad real luciendo minifaldas tipo cinturón, tops ajustados y taconazos de vértigo. Es cierto, que a ciertas edades, nuestros cuerpos empiezan a sufrir los efectos de la gravedad, de las hormonas despendoladas, de la menopausia y hasta de la caña que te tomaste la semana pasada… y, claro, ya no nos podemos poner cualquier cosa. Pero, de ahí a conformarnos a vestir con -sea lo que sea- una batita floreada.
No y no. Si buceamos en internet descubriremos que hay una nueva corriente que está empezando a fluir con fuerza. En otras partes del planeta hay mujeres maduras que se están rebelando contra la idea de que las personas mayores no pueden ser también atractivas, it girls o influencers. Una de las firmas que más me ha gustado es la inglesa The Old Ladies Rebellion, una firma de moda que se define como una marca "fashion for pensioners", se adapta a la morfología de sus clientas y a su estilo de vida apostando por la elegancia radical con mensajes de lo más chocantes.
Me pido ser así a los 79.
La responsable, la diseñadora francesa Fanny Kars, quería revolucionar los armarios de su madre y de su abuela con algo más que el típico suéter marinero y sosos trajes de chaqueta. El primer paso a la hora de hacer una colección pensando en este tipo de público ha sido adaptar el patronaje a los cuerpos de sus clientas, lo que implica mucho trabajo para esconder, marcar las formas femeninas y también, estilizar. Pero hay algo más. The Old Ladies Rebellion vende mucho más que ropa. Vende actitud.
Esta marca está demostrando desde hace unos años que las mujeres mayores pueden ser elegantes y atrevidas y que la edad no debe ser una excusa para dejar de cuidarse porque estés ya aparcada en la cuneta.
A ciertas edades lo mejor es aceptar el paso del tiempo con sentido del humor.
Otra firma muy interesante que ha pensado en las mujeres mayores es Karst&Co. Más deportiva, más urbana y sobria pero totalmente molona.
Este conjunto lo podría llevar con 40, con 50 y con 80.
Pero no hace falta salir de España para encontrar marcas que pueden hacernos un gran servicio, sólo hay que echarle ganas para buscar y atreverse. Una de ellas es H&M, que trabaja con tallas de todo tipo y donde es fácil conseguir básicos a un buen precio. Otras marcas como Dorothy Perkins o Asos tienen secciones de tallas grandes y servicio de venta online. O MS Mode, una marca especializada en moda para mujeres de entre 35-55 (o que se sientan de esta edad) que ofrece todo tipo de piezas modernas y confortables.
Compres donde compres, lo importante es ser fiel a tu estilo, no olvidar tu personalidad pero ser consciente de tus limitaciones. Ser una mujer talludita no implica renunciar a llevar las cosas que más te gustan, pero está claro que ya no es fácil subirse a unos taconazos.
¿Se puede ser una anciana boho-chic? Y hippy-chic. Y la más chic, en general.
¿Lo mejor? Seguir unas reglas básicas:
1.- No renuncies a los vaqueros porque rejuvenecen, aunque, a ciertas edades (no hay que irse muy lejos), meterse en unos pitillos es un trabajo más que imposible. Lo mejor es hacerse con un par de corte recto y combinarlo con túnicas y camisas por fuera del pantalón (para ocultar la tripilla) y con americana, zapato, manoletina...
2.- Las faldas lápiz justo encima de la rodilla estilizan una barbaridad, son elegantes y clásicas. Debes combinarlas con una blusa entallada que se pueda llevar por dentro para marcar la cintura (así se disimula torso, cadera y culo). También puedes combinarlas con un jersey de punto fino, pero que no supere el largo de la cadera para que no ciña el trasero.
3.- Las faldas de vuelo se pueden combinar con una camiseta básica y la típica rebeca. Juega con los complementos para darle un rollito trendy: pañuelo al cuello, bolso fifties…
4.- Los vestidos que mejor sientan a cualquier edad son los entallados (pero sin pasarse, sobre todo en la zona del abdomen o caderas), con poco escote o cuello caja. Vamos, que definan tu silueta pero que te dejen respirar. Atrévete con otros colores que no sea el negro o con el estampado a rayas vertical. Huye de los estampados muy extravagantes, los floreados, los étnicos, etc.
5.- Y ¿un detalle rockero? Pero sólo uno. Si abusas parecerás una parodia de la abuelita heavy. Puede ser un pantalon pitillo, una falda recta, un vestido o una cazadora. Y recuerda, sólo una prenda de cuero, así que el botín y el bolso que lleves que sean de ante, por ejemplo, el abrigo de cuadros o paño, etc.
6.- Se acabaron las medias transparentes o de color carne que convierten nuestras piernas en salchichas (las medias por la rodilla ni las nombramos). Un color discreto a juego con las prendas que llevamos o incluso un calado finito o un dibujo en espiga completarán nuestro look. En la actualidad encontrarás en muchos establecimientos comerciales medias de comprensión que son también muyl bonitas. Conviértelas en tu mejor aliado.
7.- Fuera los abrigos de pelo, peluche y cía: a la gente mayor le hace... mayor.
8.- Olvídate de combinar estampados a lo loco. Si optas por un estampado, que el resto de tu estilismo sea discreto.
9.- Floripondios NO.
10.- Y, sobre todo, no olvides que envejecer es inevitable, algo que no puedes parar. Pero... sí que puedes cambiar tu perspectiva a la hora de afrontarlo, tomártelo con mucho sentido del humor, aportarle energía, gracia y estilo. El tuyo, claro.
Este artículo lo ha escrito...
Rebeca Rus (Madrid, 1974) es creativa publicitaria, escritora, columnista y responsable de la sección de cocina de la Revista Cuore. Es la autora de los libros "Sabrina:1-El Mundo:0", "Sabrina... Saber más...