Que los tacones no te 'amarguen' la noche

Que los tacones no te 'amarguen' la noche
Cena de empresa, fiesta de Noche Vieja, tú bailando el Gangnam Style… Si tus pies convulsionan con imaginar la tortura que van a sufrir estos días, empóllate la mejor guía de primeros auxilios para sobrevivir a unos tacones de infarto.
Seguro que alguna vez has oído en boca de otra mujer que a ella, los zapatos de tacón siempre le han resultado cómodos. Mentira cochina (con pedorreta incluida). Los tacones son como los jefes: unos son tolerables en dosis moderadas, algunos aguantables en pequeñas dosis y otros, insoportables. De hecho, los que superan los 13 centímetros -y nos referimos a la longitud del tacón y no a la del tamaño que calce el jefe- son popularmente conocidos en el mundo de la moda como LOS IMPOSIBLES. Como su nombre indica, sobre ellos no es posible caminar como un humano, solamente como un robot; tampoco bailar con las espalda recta porque tiendes a inclinarte hacia delante como si fueras Michael Jackson en Smooth Criminal y, mucho menos, bajar escaleras empinadas sin partirte la crisma. Tan sólo tienen una ventaja: con ellos las bajitas pueden hacer pipí en un baño público sin tocar la taza y sin ponerse de puntillas (dato demostrado empíricamente por la que redacta).
Para esta coreografía, Michael llevaba unas bonitas plataformas de 15cm que fueron borradas por ordenador.
Pero volviendo al tema. Si bien la mujer que está acostumbrada a llevarlos a diario tiene mayor poder de resistencia; aquella que suele ir con calzado plano, vive ese momento-tacón infinitamente peor que un primer parto. ¿Quién no se ha acordado de la bendita epidural cuando bailaba la Conga de Jalisco en las fiestas de su pueblo? Como tampoco es plan de ir anestesiada por la vida, toma nota de estos pequeños consejos y esa noche estarás a la altura con los tacones puestos.
Cuando te des un porrazo, haz como Lady Gaga y finge que estás buscando tu lentilla.
También puedes inventarte que vas a clases de hip-hop o...
...de body-balance o directamente:
¡Hazte la muerta! (Por cierto, si te fijas, la listilla de Nicole Kidman no ha quitado la etiqueta a los zapatos para poder devolverlos).
Las usuarias de tacones somos como los albañiles: nos jugamos la vida cada vez que nos subimos a un par de andamios.
Una mala elección de zapatos...
...Puede arruinar un estilismo pero es mucho peor, no saber andar con ellos. Si vas a trompicones, haciendo eses o apoyándote en cualquier hijo de vecino, pensarán que el alcohol te pone demasiado cariñosa. Imagina todos los pesados que te van a entrar para aprovecharse de ti. Es preferible que camines como esas modelos de pasarela que desfilan como caballos de rejoneo. Para ello, practica en casa. Cálzatelos y pasa el aspirador corriendo por los pasillos, escala para limpiar el polvo o juega al Just Dance de la Wii. Aumentará tu capacidad de tolerancia al dolor, tu estabilidad y tu enemistad con la vecina de abajo (aviso: si sube a darte un sartenazo, recuerda que en tus pies llevas dos armas blancas de al menos 10 cm cada una).
Por la cara que tiene la modelo de la izquierda, pensamos que le hizo la zancadilla. Pobre chica, ¡qué porrazo!
Doma a ese par de fieras salvajes
No estamos hablando de hijos ni de maridos y amantes. Seguimos con el tema de los zapatos, porque a veces, ese par de canallas pueden morder como verdaderas alimañas. Les puedes meter en vereda poniéndotelos unos días antes con calcetines de lana para que cedan (por favor, que nadie te vea con semejante pinta); o colocando un maravilloso protector de talón. Otra opción es que les untes en su interior con Nívea de manos o embalsames tus pies con el stick de Compeed (el objetivo es que todo te la resbale, incluido el dolor).
Sentir la fricción está muy bien, menos en los pies.
Se vende en Asos, cuestan 4,79€ y definitivamente los amarás.
Hazte con un buen cargamento de armas
Como buena estratega, detecta tus puntos débiles y planifica un buen ataque contra zapatos traidores.
-Si los zapatos son cerrados, de tacón alto y suela fina, probablemente cuando vayas de tu casa al metro, ya estarás maldiciendo al ayuntamiento por no alicatar las calles de tarima flotante. Un recurso es que los uses con unas plantillas almohadilladas o que algún mozo te lleve a la sillita la reina.
Estas almohadillas (Asos, 6,85 €) evitarán futuras amputaciones y la Seguridad Social reducirá gastos en el 2014.
-¿Has elegido zapato de pulsera? Dos horas bailando y tus tobillos parecerán morcones ibéricos. Hazte un protector casero con velcro adhesivo fino. Pega la zona esponjosa (no la que raspa) en el interior de la pulsera del zapato y asegúrate que no se vea al abrocharla.
Los tobillos de Kim Kardashian ANTES y...
...los tobillos de Kim Kardashian, DESPUÉS.
-Mucho cuidado con las mosqueteras. Este espécimen puede ser el más agresivo de todos los calzados. Las ves tan sexys, calentitas y prácticas (todas sabemos que no tienes por qué depilarte la pierna entera) y mueres cuando tus piernas se inflaman y las muy arpías actúan a modo de torniquete. En ese momento, ya te lo sabes: bye-bye riego, wellcome varices. ¿Y cómo medida de prevención? Te recomendamos que utilices un gel frio descongestivo o unas medias de compresión, si no, terminarás la noche como Rambo (“¡oh dios mío, no siento las piernas!”).
¡Ojalá! Estas preciosidades funcionen como las fajas reductoras y ayuden a perder centímetros en el muslamen ( Zara,199,99€).
-Y por último, si te decantaste por unas sandalias de tacón prueba con plantillas de gel transparentes: aliviarán un poco el dolor y no se notan nada. Pero como dichas sandalias sean del género esclavas, tan sólo podemos ofrecerte nuestras condolencias. Será una muerte dura y dolorosa, mentalízate, porque minuto por minuto sentirás como se clava cada cadenita, cada abalorio, cada brillantito y cada tacón que se incruste en tu dedo gordo en la pista de baile. Quizá un buen consejo sería que fingieras tu mejor sonrisa durante toda la velada. Está demostrado que con ese tipo de calzado todo el mundo primero mirará tus pies y después tu cara, esperando pacientemente a que se te ponga ese gesto de “llevo una semana sin tomar Activia”. Al menos, no les des el gustazo, chica.
"No permitiré que nadie te arrincone, Baby", dijo Johnny, sin saber que la muchacha rezaba para que sacara a bailar a su madre porque los zapatos la estaban matando.
"Menos mal que ya ponen los créditos y me puedo quitar los malditos tacones", pensaba Baby al rodar la última escena de Dirty Dancing.
Como Jennifer Grey (Baby) no conocía estas plantillas (Asos, 6,85€), quedó como una actriz quejica y nadie la contrató para hacer más pelis.
Este artículo lo ha escrito...
Anita C. (Madrid, 1974). Redactora freelance de moda y belleza y madre de un niño y una niña. No le da vergüenza admitir, que no lleva nada bien lo de cumplir años, ni pasar todas sus tardes... Saber más...