Antes muerta que sencilla

Los bodorrios de los famosos

Antes muerta que sencilla

Dicen que el día de tu boda debería ser un día inolvidable, lo entiendo, ¿pero por qué nos empeñamos en que no lo puedan olvidar los demás? Tules, perlas, velos, encajes y todo tipo de abalorios amenazan a las novias de medio planeta… también a las famosas, que nos han dejado un rosario de despropósitos para no olvidar.

Hace un año mi compañera y amiga Rebeca Rus escribía para Glup-Glup un artículo sobre bodas, “Mi boda es más rara que la tuya” se titulaba, y ahora, en plena vorágine de bodas y bodorrios, yo retomo el tema pero hablando de lo mío, de los famosos y sus bodas de juzgado de guardia, porque, amigos y amigas, a veces a esta gente habría que detenerla.

A mí, personalmente, lo que más me choca de los bodorrios de las celebrities es que suelen ser el principio del fin de la pareja. Es decir, mucho tul, muchas flores, mucho espectáculo, pero el matrimonio, que es lo que de verdad importa, no suele durar demasiado y tanto colorín y tanta portada en exclusiva se suele quedar rápidamente en un triste recuerdo.

Aquí podríamos hacer una larga lista de grandes bodas a las que siguió un gran divorcio, pero no estamos para eso, estamos para recordar a aquellas novias, enajenadas ellas, a las que por alguna razón inexplicable de pronto les entró una ventolera considerable, un delirio mental incontrolable, y saltándose a la torera los consejos de las amigas, la familia y sus carísimos estilistas, decidieron cumplir con sus sueños infantiles más ocultos, ser fieles al espíritu Disney, liarse la manta a la cabeza y aparecer en el supuesto día más importante de sus vidas vestidas como auténticos personajes de cuento (o de películas de terror).

¿Por qué lo hacen? ¿Por qué asustar al personal con esa aparición estelar en la iglesia, o en el juzgado, aparentando ser una Cenicienta, una Blanca Nieves o una Sirenita? ¿Por qué, a pesar de tener unos cuantos añitos, casarse con tanta fastuosidad? ¿Por qué? Pues porque les sale de la peineta, hombre, que para eso son unas divas divinas.

 

ELIZABETH TAYLOR, LA ESPECIALISTA.

Mi admirada Elizabeth Taylor podría haber dedicado los últimos días de su vida a organizar bodas porque ella era una verdadera experta en la materia. Liz, que nació en el precioso barrio londinense de Hampstead, siempre buscó la estabilidad emocional y se casó nada menos que OCHO veces, OCHO y dos con el mismo hombre (nuestro igualmente admirado Richard Burton). La Taylor siempre creyó en el amor y el compromiso y además, a ella le iban las bodas y cuánto más lujosas, mucho mejor. Su primer bodorrio fue en 1950 (tenía dieciocho añitos) y fue con el multimillonario Conrad Hilton Jr., con el que estuvo casada solo doce meses, después llegarían Michael Wilding (1952-1957), Michael Todd (1957-1958), Eddie Fisher (1959-1964), Richard Burton (1964- junio de 1974), Richard Burton (octubre de 1974-1976), John Warner (1976-1982) y Larry Fortensky (1991-1996). Nosotros hemos visto algunos de sus célebres trajes de boda, pero al final nos decidimos por dos, el de la segunda boda con Richard Burton, cómo le quedaba ese tocado de flores más parecido a un gorro de baño que otra cosa, y el de su último enlace con Fortensky (además de los volantes, ojo a ese bronceado de rayos uva que daba miedo) ambos amarillos, que era su color favorito aunque, sinceramente, de discretos muy poquito, que las discreciones se las dejaba ella a los demás.

Si fusionáis los 3 elementos de la foto de la derecha os sale el último Michael Jackson que se vio con vida

 

CELINE DION, COMPLEJO DE BARBIE.

Cuando uno ve la boda de esta cantante canadiense se pregunta si sus familiares no acabaron escondiéndole cosas en casa para que no se las pusiera encima. ¡Señor!, Celine tenía veintiséis años cuando se casó con su novio desde hacía siglos, el multimillonario René Angelil, pero organizó su boda como si tuviera doce y se vistió como su muñeca favorita: la Barbie.

Hemos de destacar aquí que al menos este matrimonio sigue feliz y muy unido, son padres de tres hijos, ha superado problemas de salud y crisis varias, y seguro que se asustan cuando ven las fotos de su boda, con tanto tul, tanto encaje, tanta seda salvaje, brillos, perlas, bordados y ese TOCADO… ¿por el amor de Dios?... ese TO-CA-DO, ¿dónde iba esta mujer así? Pues a la Basílica de Notre-Dame, en Montreal, dónde montó un bodorrio considerable.

Para poder usar ese corsé, Celine se tuvo que quitar todas las costillas y dejarlas en un vaso con suero hasta que terminó la boda.

 

MADONNA, LIKE A VIRGIN.

Tal vez si una se casa en la capilla sagrada de un antiguo castillo medieval en el corazón de Escocia, al final decide vestirse en la línea y aparecer en la ceremonia como la más santa de las reinas: Isabel la Católica. O eso debió pensar la gran Madonna, que gracias a sus pintas pegó un susto de muerte a más de uno por los pasillos de ese castillo de origen vikingo, mal iluminado y frío, donde decidió casarse con su segundo marido, Guy Ritchie, el 22 de diciembre del año 2000. La cantante, que tenía cuarenta y dos primaveras en el momento del enlace, optó por el casto velo nupcial, la corona y todos los abalorios dignos de una reina virgen y acabó organizando tremenda fiesta, en plenas navidades, que duró cinco días y de la que salieron rumbo a una luna de miel colectiva y de lujo en la playita. Una gran celebración que lamentablemente no ayudó a que el matrimonio sobreviviera. Se divorciaron en el 2008 y Guy Ritchie (gran director de cine, inspiración y alegría de esta humilde pluma) describe aquellos años como “una verdadera telenovela”.

En la foto de la derecha se puede observar a Guy Ritchie pensando "Dios mio, pero ¿qué estoy haciendo?".

 

THALIA, AMOR A LA MEXICANA.

Ella no suele ser muy discreta, para qué lo vamos a negar, pero lo de su mega boda en Nueva York aún se recuerda por las calles de Manhattan. Thalía, la diosa mexicana de la música, decidió tirar la casa por la ventana y eligió nada menos que la catedral de San Patricio de la Gran Manzana para casarse. Su partenaire, el productor Tonny Mottola, que ya había estado casado otras dos veces, una con Mariah Carey (ella le montó otro bodorrio considerable), le dio el gusto en todos sus caprichos y Thalía apareció marcando cinturita de avispa en la iglesia y encandilando a sus invitados con sus brillos, bordados, perlas, encajes y tules varios. Otra que se puso encima todo lo que pilló por casa y que apenas podía andar, ella misma cuenta que el vestido le pesaba tanto que casi deja de respirar un par de veces durante la ceremonia, pero que se sentía como una princesa… no voy a decir nada más, al menos la pareja sigue casada y son los felices papás de dos preciosos retoños.

Debajo de la falda se colarona a la celebración 75 fotógrafos, 6 familias y una banda de música de Torremocha.

 

CRISTINA AGUILERA, CHICA DISNEY TOTAL.

Ya sabréis que Cristina Aguilera fue niña Disney Channel y eso debe imprimir carácter. Ella, que es una cantante estupenda, pero con graves problemas de imagen (sube y baja de peso, se pone o se quita silicona o se pelea a diario con el tinte) quiso convertir el día de su primera boda en un final feliz de cuento de hadas y la cosa se le fue de las manos. Se casó en noviembre del 2005 con el guionista, actor y productor Jordan Bratman, en una emotiva ceremonia judía, y ella apareció con un ceñido vestido de satén, con cola kilométrica y abultada de volantes, que casi la tira al suelo ante la mirada atónita de sus ya atónitos invitados. También optó por el velo de tul, los labios rojos, los adornos en el pelo, las joyas, los brillos, las perlas y todo lo que le dejaron ponerse para llegar a un altar ya demasiado decorado por sí solo… fue un cromo aquella boda… hizo correr ríos tinta y el matrimonio solo le duró seis años. El mismo año de su divorcio se casó por segunda vez, con Matthew Rutler, y acaba de ser mamá también por segunda vez.

La cara de incredulidad del novio no es por el atuendo de la novia sino por haber pillado cacho con una chica así después de haber sido el recibe-collejas del colegio.

 

SARA MONTIEL, SARITÍSIMA.

Nuestra manchega universal era otra gran experta en bodas. María Antonia Abad se casó cuatro veces: Anthony Mann (1957-1961), José Vicente Ramírez Olaya (1964-1970), Pepe Tous (1979-1992) y Tony Hernández (2002-2005) y esta última boda fue la que dio más que hablar. Saritísima, fiel a su halo de estrella de Hollywood, montó un escándalo considerable celebrando este enlace imposible con un cubano, Tony Hernández, un fan apasionado, por el que perdió totalmente los papeles y tras proteger contra viento y marea la exclusiva de la ceremonia, apareció de esta guisa en su revista de cabecera, demostrando que a novia exótica no le ganaba nadie.

Con un traje de chaqueta dorado, bordado en oro y cuajadito de perlitas y cristalitos, Sara se plantó en el juzgado con una corona de flores de inspiración tahitiana o hawaiana que no tenía precio. Luciendo joyazas de esas de las suyas y unos rizos moldeados a fuerza de mucha laca, la cantante se puso en manos de su maquillador favorito y salió así de empolvada en las fotos, eso sí, jurando que era la mujer más feliz del mundo y que su cubano la satisfacía en todos los ámbitos de su vida… esta boda, que tuvo un seguimiento mediático multitudinario, dio paso a una luna de miel igual de esperpéntica y a una separación televisada al milímetro. Sara al fin logró divorciarse de Tony Hernández en el 2005 y hasta su fallecimiento en abril del año 2013, se lamentó de todo aquel despropósito del que llegó a sentirse avergonzada.


Sara Montiel gastó en esta boda más kilos de maquillaje que de langostinos en la celebración.

Hasta aquí llegamos con este somero repaso… pero no quiero olvidar a Diana Spencer y el Príncipe Carlos, a Rocío Jurado y su hija Rociíto el mismo año, e igualmente desatadas en unas bodas goyescas-campestres-medievales únicas e irrepetibles, a Liza Minnelli y David Gest, a Elizabeth Hurley y su boda hindú con Arun Nayar, a Katy Perry y su loco enlace con Russell Brand, a Alaska y Mario Vaquerizo, que nos dejaron con la boca abierta en Las Vegas y en Madrid, a la duquesa de Alba y Alfonso Díez, o a Michael Jackson y sus pasos por el altar con Lisa Marie Presley o Debbie Rowe… hay muchísimos casos, pero no podemos hablar de todos, así que si tenéis ideas, compartidlas con nosotros.

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Este artículo lo ha escrito...

Claudia Velasco

Claudia Velasco (Santiago de Chile, 1965). A los 19, se trasladó a Madrid dónde estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y donde reside desde 1985. En la actualidad trabaja en... Saber más...