Piscinas municipales, las auténticas vacaciones low cost

Piscinas municipales, las auténticas vacaciones low cost
Qué importa que tengas que trabajar todo el verano. Qué más da que no tengas aire acondicionado en tu casa. No es para tanto quedarse en tu ciudad en agosto. Siempre nos quedará… ¿París? ¡No! Las piscinas municipales. Porque la piscina es la playa de la ciudadjajajajaja. Ay, perdón, qué ataque de risa más tonto me acaba de entrar.
¿Por dónde iba? Ah, sí, que la piscina es la playa de los pringados que tenemos que trabajar en verano. Engáñate a ti misma todo lo que quieras. Convéncete de que el moreno de piscina no tiene nada que envidiar al moreno de playa. Pero la realidad es que las piscinas municipales son a la playa lo que la gula a la angula.
La gente que va a la piscina es más fea que la gente que va a la playa. Esto es una verdad científicamente comprobable. De la misma forma que la gente que coge el metro es más fea que la gente que se ve en los aeropuertos.
Además, elegir una piscina en la ciudad es un auténtico desafío para el que recomiendo organización y hacerse una tabla de Excel. ¿Qué prima para ti?, ¿tomar el sol lo más desnuda posible para no tener ni una sola marca que haga pensar a alguien que tu moreno no es de piscina, sino de playa nudista en Formentera?, ¿disfrutar de la sombra de un árbol y de algo de tranquilidad?, ¿hacer largos en la piscina porque ése es el único deporte que haces en todo el año? (desgraciadamente el sillonbol todavía no es considerado deporte olímpico). Porque, hazte a la idea de que ninguna piscina es ese remanso de paz, agua fresquita y sol que tú te imaginas. ¿Y por qué?
Los bares de las piscinas no son, ni nunca serán chiringuitos
Los anuncios de cerveza nos han enseñado que los chiringuitos de playa son lugares bohemios, con música chill out para ver amanecer y con Quim Gutiérrez paseándose por ahí vestido con camisa hawaiana.
Debería haber puesto una foto de Quim Gutiérrez en el anuncio de cerveza… Pero he preferido ésta de Quim luciendo carne… De nada, amigas.
Los bares de las piscinas, por el contrario, tienen de hilo musical Radio Olé o los grandes éxitos de Juan Magán. Te clavan 10 euros por un menú de San Jacobos congelados y su clientela suelen ser jubilados que, ni cuando tenían 30 años se parecían un poquito siquiera a Quim Gutiérrez.
Las cuadrillas de púberes desatados
Niños en esa edad tan mala que va de los 10 a los 16 años. Se mueven en grupos, a veces mixtos, a veces sólo de chicos, sólo de chicas. Ligan (por llamarlo de alguna manera) a base de llamarse a gritos, pegarse empujones y hacerse ahogadillas. Les gusta tirarse en bomba…
Una de las ventajas de estar rodeada de cuadrillas de adolescentes es que tarde o temprano uno se dará una panzada. Y ahí estarás tú para reírte en su cara.
…y actúan como si el resto de la concurrencia no existiera. Decían que por donde pasaba el caballo de Atila no crecía la hierba. Me río yo del caballo de Atila. Estos grupos dejan la piscina devastada: basura, agua turbia, calvas en el césped…
La masa humana
Niños que van al cursillo de natación, padres que acompañan a sus hijos al cursillo de natación, jubilados que echan el día dando vueltas alrededor de la piscina, profesionales de la tanorexia, guiris… todos, absolutamente todos están en la piscina. Los hay que van todos los días y acaban convirtiéndose en instituciones. Madrileños, si alguna vez habéis ido a la piscina de Casa de Campo seguro que os habréis encontrado con el Señor Marron, aka Mister Melanoma, con su bañador blanco y su cadena de oro, saludando a unos y a otros como cuando Jorge Javier Vázquez baja las escaleras en “Sálvame”.
Piscina municipal un domingo por la tarde normal y corriente.
Las vecinas que conocen a todo el vecindario
Si tú ya tienes claro que las piscinas municipales no son para ti. Que pasas de las hordas de adolescentes, de los cursillos de natación y de los jubilados… Tú lo que quieres es una piscina en una urbanización. Lástima que vivas en una buhardilla en el centro donde, si no hay calefacción central, ¿cómo va a haber piscina comunitaria? Pero no importa, porque quien tiene un amigo tiene un tesoro. Y quien tiene un amigo con piscina en su casa tiene un tesoro y un verano feliz… hasta que las vecinas te localizan e identifican: ¡tú no eres vecina de la urba! Y estas vecinas (ésas que siempre votan “no” en las reuniones de vecinos, ésas que se quejan de los perros que ladran, los bebés que lloran, las fiestas que se celebran un sábado y acaban a la 1 de la mañana…) se chivarán y harán lo que sea para que no vuelvas a pisar esa piscina. Que por algo ellas pagan su cuota de la comunidad por las zonas comunes y tú no.
Entonces, amigas, ¿cómo sobrevivir al verano en la ciudad si las piscinas son un imposible? Pues hagamos caso de la mítica letra “Hawai, Bombay” de Mecano: Hawai, Bombay, son dos paraísos, que a veces yo me monto en mi piso, Hawai, Bombay son de lo que no hay, Hawai, Bombay, me meto en el baño, le pongo sal y me hago unos largos.
Aunque, ahora que lo pienso, ¿quién va a Bombay a la playa?
Este artículo lo ha escrito...
Estíbaliz Burgaleta (Tudela, Navarra, 1976) en otra vida será bailarina de ballet clásico, será grácil como una pluma y tendrá oído musical. Pero en esta vida es guionista, cortometrajista y... Saber más...