Mi fabulosa guía inventada de usuarios de Facebook

Mi fabulosa guía inventada de usuarios de Facebook
Facebook cuenta con 1.300 millones de usuarios en el mundo y está claro que entre tanta gente tiene que haber de todo y para todos los gustos, incluso raritos de muchas especies y gente a la que nos gusta identificarlos y ordenarlos por categorías.
Quitando aparte el tema de que a veces hablo de mis libros, a menudo me pregunto qué tipo de usuario de Facebook soy yo: ¿una usuaria profesional? ¿Una privada? ¿Lo uso para conocer gente nueva? ¿Para seguir en contacto con mis amigos de toda la vida? ¿Para rastrear a aquel malvado novio del instituto y comprobar que ahora no es un clon de Ewan McGregor (y no el calvo gordo que se merece ser)?
Te esperabas que aquel ex estuviera gordo y calvo, pero no que ahora se haga llamar Jennifer.
La verdad es que no tengo ni idea. De hecho, muchas veces me encuentro en la tesitura de tener que actualizar mi muro y no tengo ni idea de qué poner. Supongo que porque la mayoría de las veces me parece absurdo contar cualquier cosa y no veo por qué alguien va a estar interesado en saber que me estoy tomando un café en el Starbucks de Serrano o que estoy viendo el último episodio de The Good Wife. Pero, la verdad es que, por muy sórdido que me parezca, me encanta el hecho de poder mirar esas mismas cosas en los demás, de cotillear en la vida de otros y saber qué están haciendo, aunque lo que estén haciendo sea conseguir pasar niveles en el Candy Crush, picotear unas patatas o ver la última temporada de Juego de Tronos. Da igual: me fascina. A veces me da la impresión de que este ansia por saber más de la vida de los demás me ha convertido en algo parecido a una acosadora pero también en una experta en perfiles de Facebook.
Algunos usuarios están usando Facebook para saltarse las visitas al psicólogo... y no lo están haciendo bien.
Y, aunque disfruto muchísimo viendo qué ha sido de mis compañeros de colegio, ex-novios o sobre toda esa gente con la que he tenido la suerte de cruzar caminos, reconozco que a veces disfruto más catalogando los comportamientos estrambóticos de algunos usuarios. Estos son mis favoritos y las categorías en las que los he clasificado:
EL FALSO HUMILDE:
Al Falso Humilde le gusta alardear un montón, pero sin que se note (o eso se piensa él). En plan “acabo de hacer el paleto en Diverxo y he tirado una copa de vino sobre parte del menú de degustación de ciento veinte euros” o “mierda, he metido mi jersey de Armani en la lavadora por accidente”. ¿Lo veis? En plan disimulado nos está contando lo fabulosa que es su vida en comparación con la nuestra. Una forma muy ladina de hacerte sentirte a ti peor y a él mucho mejor. Ya hablamos un poco de ellos aquí.
EL HAMBRIENTO EMOCIONAL:
El Hambriento Emocional es todo lo contrario al Falso Humilde. No tiene ningún problema en gritar a los cuatro vientos que “su vida es una mierda” o que “hay gente que no merece la pena”. Es cínico y pesimista, pero no te lo creas. En el fondo es un vampiro emocional que sólo busca tu atención y tu compasión y cuando le preguntes cuál es el problema real te responderá con evasivas. Porque en el fondo no tiene ninguno.
EL HAPPY FLOWER:
Su muro está petado de mensajes optimistas, frases de Paulo Coehlo, refranes, citas de películas o filósofos y todas las cursilerías que te puedas imaginar. Nunca cuelga nada original ni que haya surgido de la conexión de sus propias neuronas. Cada vez que entras en su muro, tu pantalla chorrea almíbar por los cuatro costados. Este usuario a veces se transforma en otro tipo al que podríamos denominar ETIQUETADOR COMPULSIVO y no hay día en el que no te inunden tu propio muro con decenas de mensajes moni-chorris sobre lo fantástica que es la vida y lo riquísimos que son todos los bebés gatitos del mundo. Cuando estoy realmente triste me viene muy bien visitar el muro de un Happy Flower, las risas que me echo a su costa me hacen olvidarlo todo, todo y todo.
Así me imagino yo la foto de perfil del Happy Flower de mi timeline.
EL PLASTA-COMPARTE TODO:
Mucho cuidadín con este tipo de usuarios porque por su culpa te puedes meter en un buen lío. Es ese tipo de personas que considera que las redes sociales están para informar en todo momento y a todo el mundo de lo que está haciendo, bien con constantes actualizaciones o subiendo fotos de dónde están, etiquetando a todo bicho presente, etc. Ejemplos: “Aquí, tomándome un capuccino con Rosa, la de la ofi en el Rodilla de Alcalá”, “Dejando a los niños en el cole”, “Comprando papel higiénico en oferta en el Carrefour de Las Rosas con Puri”, “Usando el susodicho papel higiénico, esta vez solo ;)”, “En Hacienda, que somos todos”,etc. Si conoces a alguno de estos tipos, huye de él como alma que se aleja del Diablo porque puede terminar pasándote como a una de mis compañeras, que se pidió un día libre para ir al funeral de su tía Lola y dos días después apareció etiquetada en todas las fotos de una amiga suya ¡en una despedida de soltera en Barcelona!
EL BARÓMETRO ANDANTE:
El Barómetro Andante es ese tipo de usuario de Facebook que nos informa cada mañana puntualmente del tiempo que hace. Es muy práctico si no te apetece mirar por la ventana o consultar tu periódico (por no mencionar usar aplicaciones tan chulas como la Weathertowear, que no sólo nos informa del tiempo exacto de nuestro barrio sino que nos indica qué tipo de ropa debemos llevar para enfrentarnos a él). Con este tipo de usuarios siempre tengo ganas de cantarles aquella canción de Los Pecos: “Háblame de ti, de tu ansiedad, de la eternidad…".
EL JUGADOR ADICTO:
No sabes ni quién es, ni en qué lugar se enamoró, pero no hay dudas sobre a qué dedica el tiempo libre: a abrasarte con mensajes para que tú también te hagas adicto al Candy Crush, al Pudding Pop o al Diamond Diger Saga. ¡Basta ya!
No me volváis a enviar más solicitudes para jugar al Candy Crash. Aviso.
TU MADRE:
O la mía. Vamos, cualquiera en general. Son ese tipo de usuarios asiduos de Facebook pero que no tienen ni idea de cómo usarlo ni para qué sirve exactamente. La mayoría de sus mensajes estará llenos de terribles faltas de ortografía, falta de espacios o incoherencias… en el mejor de los casos. En el peor, tu madre habrá aprendido a usar perfectamente Facebook (ella lo llama “el feisbuk”) y se dedicará a subir una y otra vez fotos tuyas de cuando eras bebé.
Este artículo lo ha escrito...
Rebeca Rus (Madrid, 1974) es creativa publicitaria, escritora, columnista y responsable de la sección de cocina de la Revista Cuore. Es la autora de los libros "Sabrina:1-El Mundo:0", "Sabrina... Saber más...