Gwyneth Paltrow: ¿a dieta de neuronas?

Gwyneth Paltrow: ¿a dieta de neuronas?
En el libro “Is Gwyneth Paltrow Wrong About Everything? (¿Está Gwyneth Paltrow equivocada en todo?)” Timothy Caulfield demuestra que todos los trucos detox y de belleza de la celebrities como ella son una farsa. En Glup Glup nos preguntamos si también su otro tipo de declaraciones, las que se refieren a cómo vivir, vestir, actuar, etc., son una farsa o no. O más bien, una estupidez.
Reconozco que tengo una relación de amor-odio con Gwyneth Paltrow. Por un lado, la sarta de absurdeces que dice constantemente me provoca úlceras y pienso que alguien debería decirle que medio mundo se está riendo de ella. Pero por otra parte, y precisamente por eso, me da material suficiente como para hacer trillones de chistes a diario. Y eso es bueno. Muy bueno. En mi cabeza Gwyneth es el equivalente estadounidense al tonto del pueblo, un pueblo llamado Lepe, concretamente. La heroína perfecta para protagonizar la próxima comedia surrealista del año.
Si estáis a mi nivel intelectual también pensaréis que comer zanahorias todo el tiempo es una opción de vida.
Por eso, cuando el otro día leí un artículo sobre el libro de Timothy Caulfield, "Is Gwyneth Paltrow wrong about everything?", pensé que una vez más alguien se me había adelantado y se iba a forrar a ganar pasta a base de una idea que se me había ocurrido a mí. Pero no. Resulta que este no es un libro de chistes, es un libro serio. De los que hay que leer con gafas graduadas en un sillón orejero mientras se murmura “ajá, ajá”. Nada que ver con la sarta de barbaridades que se habían ido acumulando en mi cabeza con el paso de los años tras leer las declaraciones de la actriz. En su libro, el doctor Caulfield se dedica a desmontar con argumentos científicos (porque eso es lo que hacen los doctores) todas las absurdeces que dice a diario una de nuestras rubias favoritas. Absurdeces como que todos los peces pescados en aguas profundas son malísimos para tu salud. Pero, pero, pero… ¿qué le han hecho esos pobres peces? ¿No es su vida ya muy triste, viviendo en el fondo del mar, sin acceso a Wifi ni luz natural? ¿Eh, Gwyneth? ¿Eh? También desmonta otras creencias que la actriz predica en su revista digital, Goop, como que tomar gluten es malísimo, tomar leche es malísimo, tomar café es malísimo, tomar azúcar es malísimo… y en definitiva, todo es malísimo menos el apio-nabo, pero con ese nombre tan poco agradable ¿quién va a encontrarle atractivo? Y sobre todo, tira por tierra todas esas dietas detox que la actriz de Shakespeare in love sigue durante días y que la dejan alucinando pepinillos.
A Gwyneth Paltrow tanta dieta le ha dejado un índice deficiente de nutrientes y un muy deficiente en todo lo demás.
Sin embargo, hay otras cosas que Gwyneth defiende a muerte que el doctor Caulfield no trata en su libro. Y es realmente necesario hacerlo. Puede que no sean temas de salud o de belleza, pero si alguien no lo rebate rápidamente corremos el riesgo de que haya gente que se crea lo que dice. O peor aún, que siga su ejemplo. Como el tema da mucho de sí y mientras escribo este artículo seguro que ella está diciendo muchas más patochadas, voy a detenerme en las declaraciones que más me han descolocado en los últimos meses.
He aquí el Top de las Estupideces que ha dicho Gwyneth últimamente:
Aquí Gwyneth relajándose con un macarrón (¡lujazo!) después de darse un baño de vapor ahí mismo.
Que los lavados de vagina con vapor son “chipendi-lerendi”. Como os podéis imaginar este tratamiento que la actriz tanto ha publicitado en su web Goop consiste en, ¡venga ya!, meterse vapor por ahí mismo. Algo que según ella equilibra los niveles femeninos de hormonas y que según los expertos es una soberana gilipollez porque el útero no necesita ser lavado y mucho menos, escaldado. A mí lo que realmente me equilibra los niveles femeninos de hormonas es ver La boda de mi mejor amiga mientras le doy al chocolate, pero escaldarme las partes bajas… pues no. La Vaginoscopia consiste en sentarse en un minitrono en un spa coreano y dejar que una combinación de infrarrojos y vapor te limpien el útero. Yo propongo usar ese vapor para hacer mejillones, pero lo mismo Gwyneth me comenta que también son malísimos para mi salud. Porque… ¿los mejillones qué son exactamente? ¿Están en lo profundo del mar? ¿Tienen acceso a WIFI?
Que las madres que trabajan de 9 a 5 lo tienen chupado. A Gwyneth le parece que la comodidad de un trabajo de oficina no se puede comparar con su errático horario de actriz, en el que un día tiene que estar en Wiscosin a las cinco de la mañana y el siguiente en Pernambuco. Seguramente habrá actrices, no tan privilegiadas como ella, que tengan que hacer encaje de bolillos para aceptar papeles sin desatender a sus hijos, pero creo que Gwyneth no es una de ellas y no debería de ir diciendo semejante gilipolleces en las entrevistas. La mayoría de las madres que conozco que trabajan en oficinas de 9 a 5 casi nunca salen a las cinco. Para empezar. Y salir a las cinco implica que no llegas nunca a recoger a tus hijos, que tienes que tirar de canguros, abuelos, actividades extras… Que cuando sales del trabajo tienes que correr para llegar a todo: la compra, la lavadora que hay que poner y tender, hacer la cena, ponerte con los deberes, llevarles a extraescolares o al médico, etc. Sin ninguna ayuda. Sin choferes, ni nannies, ni asistentes personales. Todo tu sola o turnándote con tu pareja. Porque tu vida es una carrera constante, llena de obstáculos y la rutina una espada de Damocles que pende constantemente sobre tu cabeza.
Que en nuestro fondo de armario deberíamos tener impepinablemente una camisa blanca de trescientos euros, un vestido de cóctel negro de otra marca igual de carísima, unos zapatos de salón de ochocientos dólares y así. La concepción de fondo de armario de Gwyneth es muy diferente de la que tienen casi todas las mujeres con las que me relaciono. En general, en nuestro fondo de armario encontrarás papel higiénico, leche y espaguettis. Algunas más precavidas también cuentan con cubitos de caldo Maggie y latas de tomate frito. Y las frikis como yo, leche de coco y pasta de curry. Y se acabó. Eso de invertir en ropa carísima porque nos va a durar para toda la vida y le vamos a sacar mucho partido es algo que leemos en el Vogue, pero que podría haberlo escrito perfectamente Ray Bradbury o Isaac Asimov. La mayoría de nosotras no tenemos presupuesto ni para comprar material para el fondo de armario en las rebajas en Zara, no hablemos de pagar los precios de la ropa que se vende en Goop.com. Y las más afortunadas aprovechamos este momento del año para renovar el único tipo de ropa que podemos permitirnos: la interior.
Que una madre siempre tiene tiempo para hacer deporte. Hacer todos los días unas horitas de ejercicio físico está al alcance de tu mano, según Gwyneth y si no lo haces es porque no quieres. O porque eres una vaga redomada, que lo sepas. Ella es capaz de ejercitarse durante horas en el gimnasio de su casa mientras sus retoños gatean a su alrededor. Nosotras en cambio, no. Me he preguntado muchas veces por qué no puedo hacerlo y tengo una serie de respuestas pensadas. La primera, que no tengo gimnasio. La segunda es que apenas puedo con mi alma cuando termino de hacer las camas, poner desayunos, recoger desayunos, vestir y limpiar niños, recoger la casa, planificar la compra,... Todo esto sin mencionar el trabajo. Cuando vuelvo de la oficina también tengo que ponerme a poner lavadoras, limpiar baños, preparar la cena, recoger la ropa de la cuerda… y antes de haberme dado cuenta ya son las diez de la noche y no he hecho ni una gota de ejercicio. Pero estoy hecha polvo y no tengo el cuerpo para hacer sentadillas y pesas. Bueno, ni yo ni nadie que yo conozca. Al final va a resultar que el obstáculo para no practicar ejercicio como Gwyneth no son los niños sino el resto de obligaciones diarias. Me remito al punto dos de nuestra lista: la rutina de ir a una oficina de 9 a 5 es incompatible con la rutina de hacer ejercicio.
-Apple, deja de tocar el enchufe o te obligo a hacer doscientos squats conmigo.
Querida Gwyneth y desde el cariño y el respeto: después de releer este listado de estupideces que has dicho últimamente, las ganas de darte un chopito son de órdago. No te lo tomes a mal, mujer, y mientras tanto nosotras nos tomaremos tus consejos a pitorreo.
Este artículo lo ha escrito...
Rebeca Rus (Madrid, 1974) es creativa publicitaria, escritora, columnista y responsable de la sección de cocina de la Revista Cuore. Es la autora de los libros "Sabrina:1-El Mundo:0", "Sabrina... Saber más...