Solos ante el peligro: los padres en el parto

Solos ante el peligro: los padres en el parto
La presencia del padre en el Paritorio se ha convertido – afortunadamente – en algo habitual en el parto. Pero no todos los padres son iguales. Años de deambular por los Paritorios españoles me han enseñado que existen cinco tipos de padres frente al parto. ¿Reconoces alguno?
Cuando Dios expulsó a Adán y Eva del Paraíso condenó al primero a ganarse el pan con el sudor de su frente y a la segunda a parir con dolor. Ahora que las Evas actuales tenemos que ganarnos el pan con el sudor de nuestros sobaquillos, lógico es que los Adanes compartan algo del mal trago que pasamos para traer a sus retoños a este mundo. Pero…¿cómo lo comparten? Los padres, en general, adoptan cinco actitudes frente al parto.
El padre coach: Son socios en el logro de un objetivo. “Venga, cariño, tú puedes”. “Acuérdate, inspira, espira”. Se ha empapado el Qué esperar cuando estás esperando. Ha ido a la preparación al parto. Le limpia el sudor a su pareja. Le pone almohadas. Mantiene la cara imperturbable a pesar de que ella lo mande a freír monas y le diga que no se va a acercar a sus partes nobles otra vez ni con un bichero. El padre coach sabe que tiene que seguir adelante sin desfallecer.
El padre 2.0: “Espera, que lo voy a colgar en Facebook: saliendo para el paritorio” – le dice el padre 2.0 a la madre 1.0, que se está acordando en ese momento de la suegra 2.0 (es decir de la madre que lo parió). “Sonríe un poco para Instagram, amor”. "Ostras, 80 “me gustas”, de esta la petamos – exclama muy ufano con una sonrisa de oreja a oreja. "No, guapo, porque a mí no me gusta – dice ella entre contracción y contracción (uf,uf,uf) - y no pienso retuitear esto, que lo sepas".
El padre desmayado: “No, no hay problema” – te contesta el padre desmayado cuando le propones que salga antes de la epidural – “Prefiero quedarme”. Tú ves que estás rojo y sudoroso como un salmonete, pero te encoges de hombros, sabiendo que en cuanto saques la aguja, aún sin pinchar, oirás un BLOOOOM resultante del impacto de 90 kilos de hombre contra los baldosines del Paritorio. Son esos que, indefectiblemente, se ponen en la cabecera a darle besitos a su pareja para no ver lo que sale por debajo.
El padre “pin”: En los ochenta, se llevaban las chaquetas, los bolsos y las gorras llenas de “Pins”. Un pin es por definición una cosa inútil que una lleva de adorno colgado en la ropa. Como estos padres. Los pobres lo intentan, pero con cada movimiento meten la pata: tiran el suero, se cargan la vía al darle un beso a su pareja, cortan el cordón donde no tienen que hacerlo… Son los típicos que terminan pegados a la pared, con ojitos de conejo asustado.
El hombre tranquilo: O, dicho finamente, el que se los pisa. Es aquel al que hay que ir a avisar a la cafetería porque su mujer ya está pariendo y aún así se termina la comida porque “a saber cuándo volverá a comer albóndigas”. No se estresan por nada.
De cualquiera de las formas, seas el tipo de padre que seas, las madres os damos la bienvenida a nuestro lado, porque ¿hay algo más bonito que compartir el nacimiento de un hijo?Este artículo lo ha escrito...
Ana González Duque (Santa Cruz de Tenerife, 1972). Médico anestesista. Bloguera. Friki declarada. Sobrevive a un marido traumatólogo, dos niños y un gato negro. Autora de "El blog de la Doctora... Saber más...