¿Y qué me pongo?

Por Anita C.

¿Y qué me pongo?

Consejos para crear un fondo de armario, sin necesidad de pasar hambre en los próximos meses.

Seguro que no tienes dedos en la mano, para contar las veces que te has hecho esa pregunta. Quizá, en aquellos momentos, era más tu paranoia de no ir vestida apropiadamente para la ocasión (o tu ansia por estrenar ‘algo’) que, la ausencia de ropa. Pero ahora, por desgracia, cuando dices eso de “no tengo nada que ponerme” puede ser una terrible realidad. Y es que, con tanto comprar material escolar, pagar excursiones, actividades extraescolares y la reducción de sueldo: tu ropero podría ser expuesto en el museo arqueológico. Míralo por el lado bueno, también puedes decir que te gusta el estilo vintage. 

 En fin, que eso de salir a tomar una copa con las amigas, algo muy saludable pero que no haces con la recuencia que deberías, se puede convertir en un acontecimiento estresante: ¡Horror! ¿y qué se lleva ahora?, ¿a ver si voy a ir demasiado arreglada?, ¿ qué se pondrán ellas?... Un estilista que conocí a mis tiernos 24 años, en una época, en la que empezaba a escribir sobre moda y todo lo que ganaba iba destinado a mi cuenta ahorro vivienda, me dio uno de los mejores consejos que he recibido en mi vida: “Nena, la moda no es sólo vestir con las últimas tendencias. Crea tu propio estilo, hazte con un fondo de armario que puedas combinar e invierte en complementos: son más baratos”. Por supuesto, no le hice caso. Elegí comer todos los días el menú infantil del Mac Donald y, no perder mi estigma de chica fashion. Sin embargo, en mi vida actual, que sufro una cuesta de enero doce meses al año, he descubierto que este señor era todo un genio. He decidido compartir su sabiduría, por si te sirve de algo. 

¿Qué necesitas para crear un fondo de armario? (Si no dispones de estas prendas y accesorios te animo a que asaltes el armario de tu amiga rica o soltera).

Si no tienes un duro para renovar el armario, échale imaginación y crea nuevos estilismos con las prendas que tienes.

Unos stilettos negros 

 Es un zapato de tacón clásico terminado en una pequeña punta. Puede, que el primer día que los uses, se te gangrene el dedo gordo. Recomendación: anestésiate esa noche a base de gin tonics y, al día siguiente, pínchate el Sintrom. Otra opción, son los peep toes (de puntera abierta) que, por fin, se nos permite llevarlos en invierno, con panty opaco para que no nos salgan sabañones.

Combínalos con: un vaquero recto y una camiseta básica del color que se te antoje. ¿Te parece cutre? Te recuerdo que, con este look, Jennifer Aniston conquistó a medio planeta, y al tío más buenorro de Hollywood. Que luego no le durara, es otro asunto…

Extra: con un colgante babero o unos pendientes art decó grandes ganarás elegancia, pero decídete por uno de los dos. Si llevas ambos complementos sobrecargarás tu estilismo. 

 

El bolso inspiración Chanel 

 Es un bolso muy socorrido para bodas, bautizos y comuniones, una cena de trabajo o una fiesta de Noche Vieja. Más quisiéramos, las mujeres a pie, poder lucir un bolso auténtico. La cuestión es ¿tienes 2.800 €? ¿No? Pues, te tendrás que conformar con el más decente que venda Inditex.

Combínalo con: un pitillo y cazadora de cuero o un vestido fifty y zapatos Oxford. Con trajes o abrigos tweed de corte clásico, puede hacerte mayor (lo siento Coco, pero las mujeres de hoy en día no queremos ser señoronas). 

Extra: si lo llevas con botas moteras, para muchos serás la modernez hecha persona; para otros, una esquizofrénica. Decídelo tú.

 

Unos vaqueros pitillo negro

 Si le sienta bien a Vaquerizo ¿por qué a ti no? Eso de ‘yo soy anchita o culona y me hace gorda’ es un error. Estos pantalones estilizan, siempre y cuando, no te compres una talla menos. Entonces sí parecerá que vas embutida en ellos. Además, puedes cubrir aquello, que no quieres marcar, con un jersey XL o una camisa por fuera. Aunque, digo yo, ¿por qué esconder? ¡Muestra todo tu poderío, mujer!

Combínalo con: lo que te dé la real gana. Pega con casi todo. Si vas de fiesta, con un top o blusa. ¿A una cena más seria? Con camisa masculina o un cardigan. ¿Te vas al parque? Ponte una sudadera gris, un collar de perlas y eres la nueva Rihanna.

Extra: si buscas un look muy cool, lleva el pitillo con americana y slippers. 

 

El blazer

 O en cristiano: chaqueta del traje. Es una de las prendas más prácticas, porque la puedes llevar debajo del abrigo y encima no te pelas de frio. Además, como dirían nuestras madres: “esa prenda sí que viste.” 

Combínala con: tus nuevos pitillos negros y con tacones o bailarinas. En el caso de que elijas vestido, si es estrecho, el blazer queda mejor. Si el vestido tiene vuelo intenta que sea cortito. ¿Por qué? Imagina la chaqueta con uno de largo midi (a media pierna): puedes parecer la suegra. Pero bueno, si no tienes otro, al menos ponte unas botas altas de esas sexy-sexy. 

Extra: lo más, de lo más es que la complementes con unos jeans medio rotos, de una talla más grande y con el bajo doblado. Añádele esa camiseta de los Stones Roses, que te compraste en tu adolescencia, y que ahora utilizas para dormir. Por último, cálzate los stilettos negros de taconazo. Vas a ser un cuadro, pero recuerda que tu objetivo es mimetizarte en los clubs. 

 

El LBD

 No, no… Nada que ver con el BDSM (aunque podría). Es el little black dress o vestido negro corto. En castellano sería el VNC pero, todo el mundo pensaría que estamos hablando de un partido político. Así que, los profesionales de la moda han decidido que es más guay , utilizar las siglas inglesas. 

Combínalo con: peep toes, bailarina, zapato masculino, mocasín de tacón o bota alta, siempre y cuando sea de estilo años 50. Si es entallado o estrecho, no dudes, el stiletto es el zapato perfecto.

Extra: como un vestido negro es pura elegancia, aunque sea del Primark, puedes darle un toque casual con una cazadora de cuero, botas moteras o Dr. Martens. Incluso, si el vestido no lleva mangas, ponte debajo de una camisa blanca: tendrás el sex-appeal de Jessica Lange en American Horror Story. Y hablando de Roma…

 

La camisa blanca

 No puede faltar en el armario de ninguna mujer. Si piensas que sólo sirve para entrevistas de trabajo, te estás perdiendo todas las posibilidades que te ofrece. Fíjate: su efecto es totalmente diferente, si la llevas mostrando un poco de escote y por fuera de un pantalón o short, que cuando la metes por dentro de la cinturilla y la abotonas hasta el cuello. 

Combínala con: vaqueros y blazer, para un look más discreto. Pero, si buscas ese puntito moda, pruébatela con falda lápiz (estrecha hasta las rodillas), de tablas escocesa o una de corte fifty. Y con prendas doradas, la camisa blanca funciona a la perfección. 

Extra: anúdate un lazo ancho de raso negro bajo el cuello y nadie pensará que es la misma camisa blanca que llevas en la oficina. También puedes comprar cuellos de camisa para superponerlos y darle un nuevo aire. Los hay de colores, con brillantes y lentejuelas y cuestan unos 10€. Si eres mañosa hasta puedes hacértelos tu misma.

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Este artículo lo ha escrito...

Anita C.

Anita C. (Madrid, 1974). Redactora freelance de moda y belleza y madre de un niño y una niña. No le da vergüenza admitir, que no lleva nada bien lo de cumplir años, ni pasar todas sus tardes... Saber más...