Las 5 películas que te harán pasar hambre

Las 5 películas que te harán pasar hambre

Cine y gastronomía forman una pareja de baile perfecta desde el origen del séptimo arte. Cocinas, banquetes, festines y orgías gastronómicas llevan apareciendo en nuestras películas favoritas desde el principio, pero ¿cuáles son las que más quejidos despiertan en nuestros estómagos? Hoy en Glup Glup analizamos nuestras favoritas.

Quizá una de las escenas más antiguas de la historia del cine que recuerdo está relacionada con comer, aunque nada que ver con lo que imagináis. En concreto, es esta:


Desde entonces han sido muchas las escenas relacionadas con la comida (y algunas con la bebida) que han quedado grabadas en mi cabeza: Julia Roberts lanzando un caracol por los aires en Pretty Woman, Laurel y Hardy a tartazo limpio en La batalla del siglo, Audrey Hepburn tomando té (seguramente con los famosos y asquerosos sandwiches de pepino tan típicos en Inglaterra) en My fair lady, Jack Lemmon escurriendo espaguettis con una raqueta en la maravillosa película de Billy Wilder, El apartamento, o simplemente el título de esa maravillosa comedia que es ¿Adivina quién viene a cenar esta noche?

Algunas películas deberían llevar un "No recomendado para personas con problemas de sobrepeso o en dietas de adelgazamiento".

Pero, apasionada del cine y de la comida como soy, para mí hay cinco títulos infalibles si quieres ver una buena película, relamerte a base de bien, salivar como un lobo hambriento y, en definitiva, dar buena cuenta de unas palomitas. Aquí van:

 

1.- Como agua para chocolate.

La historia: Es la adaptación de la exquisita y surrealista novela escrita por la mexicana Laura Esquivel, un libro que no puedes leer si estás a dieta. La historia de Tita, la hermana pequeña de una familia dominada por las restricciones y las tradiciones más arcaicas, es la historia de su amor por la comida y de su manera de expresarse a través de sus recetas. Pero también es una historia de amor explosiva, de una relación prohibida, y de cómo, cuando la censura te impide hacer y decir lo que piensas, siempre hay un camino para expresar los verdaderos sentimientos de uno. El amor secreto entre Tita y Pedro se desarrolla a través de los sabores, de los frijoles, de las especias y del picante de los chiles. La película rebosa comida en cada uno de sus planos y no podrás verla sin sentir como tus tripas se revuelven.

La receta: Codornices en pétalos de rosa (o cómo conquistar a un hombre por el estómago).

Cómo las cocina Tita (fragmento del libro de Laura Esquivel): Tita desplumó seis codornices en seco, pues el agua hervida altera el sabor de la carne. Les sacó las vísceras. Ató las patas para conservar su graciosa postura. Las doró en mantequilla espolvoreando sal y pimienta. Luego deshojó los pétalos y sensualmente los mezcló don dos cucharadas de anís y comenzó a molerlos. Aparte preparó un puré de doce castañas y le agregó dos ajos picados y dorados en mantequilla, dos cucharadas de miel, dos cucharadas de maicena, sal a gusto y los pétalos molidos. Puso la salsa al fuego hasta espesarla. Por último la pasó por el tamiz y la roció con dos gotas de esencia de rosas. Sumergió las codornices durante diez minutos en esta salsa. Luego las puso con especial esmero en cada plato, tiró la salsa por encima y las decoró con unos pétalos de lado.

 

2.- Tomates verdes fritos.

La historia: Curiosamente esta película también está basada en otra de mis novelas favoritas, Tomates verdes fritos de Fannie Flagg (que, chorradas que una se sabe, tiene un papelito pequeñísimo en la película Grease: es la enfermera a la que le roban el aceite de ricino el primer día de clase), novela nominada para el premio Pulizter y best-seller en su momento. Cuenta la historia de amor más bonita, tierna y natural que yo he visto entre dos mujeres, Idgie y Ruth, las propietarias del Café Wishtle Stop en un pueblo de la América profunda del sur, un paraíso para todos los afectados por la dura Depresión que sacudió Estados Unidos en el siglo XX. He leído que para la película contrataron a una asesora gastronómica llamada Cynthia Jubeira que fue la responsable de crear todas las apetecibles variedades que aparecen en el film: tortas de melocotón, chocolate y nueces, tartas de confituras sureñas con gajos de hojaldre y, por supuesto, los famosos tomates verdes fritos que dan nombre a la historia. Una película deliciosa en todos los sentidos.

La receta: Tomates verdes fritos (of course)

Ingredientes: 1 tomate verde ensalada por persona, aceite de freír (en el que antes hayas frito algo realmente grasoso, como bacon o chorizo), pimienta, sal y harina de maíz.

Preparación: Cortar el tomate en rodajas de 1 cm y salpimentar al gusto. Rebozar en harina de maíz mientras se calienta abundante aceite en una sartén. Dorar cada tomate por ambas caras.

 

3.- Bajo el sol de la Toscana.

La historia: ¡No puede ser! Otra película basada en un libro, pero en este caso se parece como un huevo a una castaña, os lo puedo asegurar y es de las pocas veces que no aconsejo que leáis antes de ver. La historia de las aventuras de la recientemente divorciada Frances Mayes tras comprar una casa en ruinas en un pueblecito de la Toscana es, a mi gusto, mucho más atractiva que las anécdotas de reparaciones y decoración de la autora del libro original, la ya nombrada Frances Mayes. Con una figurita de San Lorenzo como parte de los utensilios de cocina, las escenas de Jessica Lange sacando platos y más platos, cada vez más elaborados, no tienen desperdicio. Y te dejarán con la boca seca de la impresión. Un recorrido visual por toda la riqueza de la gastronomía italiana y ese estilo de vida tan envidiable.

La receta: Alcachofas fritas.

Ingredientes: 15 alcachofas de tamaño pequeño, aceite de girasol para freír, dos tazas de masa de rebozado (una mezcla no excesivamente líquida de buttermilk, harina, sal, pimienta, un huevo y un toque de agua), sal gorda y limones para aderezar.

Preparación: Mientras calientas el aceite en una sartén para freír, limpia las alcachofas hasta librarte de su exterior más duro. Pásalas por la masa de rebozado y fríelas en el aceite durante cuatro minutos o hasta que estén perfectamente doradas. Sirve espolvoreadas con sal y acompañadas de cuartos de limón para aderezar.  


 

4.- Comer, beber, amar.

La historia: Siempre me ha fascinado la gastronomía oriental y esta es una de las pocas películas donde puedes acceder hasta el fondo en la cocina de un auténtico chef de Taiwan, el señor Chu. Un auténtico laboratorio de alquimia donde asistimos ojipláticos a la elaboración de las exquisiteces más variadas y a la coreografía de un equipo de profesionales que pican pimientos, rallan jengibre y asan pollitos a las brasas. Pero también es la historia de cómo la comida une a las personas, lima asperezas y mejora las relaciones de una familia.

La receta: Cerdo Agridulce (¡cómo no!).

Ingredientes: 60 gr. de setas chinas secas, 600 gr. de carne magra de cerdo, 3 cucharadas de salsa de soja, 2 cucharadas de vinagre, 1 cucharadita de sal, media cucharadita de azúcar, 5 cucharadas de aceite de girasol, 2 cebollas, 2 puerros, 1 pimiento verde, 1 pimiento rojo, medio pepino, 2 zanahorias, un cuarto de caldo de pollo, 1 cucharada de Maizena.

Preparación: Remojar las setas. En un bol mezclar la soja, el vinagre, la sal y el azúcar y añadir la carne cortada en lonchas muy finas. Dejar macerar una hora. En un wok saltear la cebolla en juliana hasta que esté transparente, añadir el resto de verduras también cortadas en juliana y, cuando empiecen a coger color, añadir el caldo de pollo y la carne. Cocer 20 minutos. Poner las setas escurridas al final de la cocción y espesar la salsa con la Maizena. Servir con arroz blanco.

 

5.- El festín de Babette.

La historia: Babette es una mujer que huye de la guerra, pobre y solitaria que acaba siendo acogida por dos hermanas solteronas en la fría y gris Jutlandia. Una superviviente que trata de recuperar la felicidad en un mundo rígido y lleno de convencionalismos. Curiosamente también está basada en un libro de la famosa Karen Blixen, a la que todos reconocemos como la protagonista de la maravillosa Memorias de África. Si me gusta tanto esta película es por el contraste entre esos dos mundos, uno tan gris y tétrico, y otro tan colorido y exquisito. Cuando Babette gana la lotería se dispone a dar las gracias a todos aquellos que la han acogido durante su desgracia con un banquete preparado por ella misma. Impresionantes las escenas de cocina y las del festín posterior.

 

La receta: Blinis Demidoff.

Ingredientes: Medio paquete de levadura, 1 taza de leche caliente, 1 taza y media de harina tamizada, 2 yemas de huevo ligeramente batidas, un cuarto de crema espesa, un pellizco de sal, 2 claras montadas a punto de nieve, 1 cucharada de mantequilla sin sal, 1 taza de crema agria, caviar (o, en su defecto, ese fake que venden en los supermercados como si fuera caviar de verdad).

Preparación: Disolver en un cuenco grande la levadura y mezclar con una taza de harina hasta que la mezcla esté suave. Dejar reposar dos horas en un sitio templado hasta que la masa doble. Añadir la sal y las claras montadas y dejar doblar 40 minutos más. Poner a calentar una sartén pequeña y cuando esté bien caliente ir echando una pequeña cantidad de la masa hasta que se dore por ambas caras. Trasladarlas hasta el horno templado para que no pierdan el calor. Servir con la crema agria y el caviar o el fake de caviar.

 

Seguro que me dejo muchísimas películas relacionadas con la gastronomía en la palestra (mismamente #Chef, película que nuestro crítico cinéfilo analizó el otro día aquí), pero también es una oportunidad para que vosotros nos recomendéis vuestras favoritas.

 
Enviar por WhatsApp

Este artículo lo ha escrito...

Rebeca Rus

Rebeca Rus (Madrid, 1974) es creativa publicitaria, escritora, columnista y responsable de la sección de cocina de la Revista Cuore. Es la autora de los libros "Sabrina:1-El Mundo:0", "Sabrina... Saber más...