Tus compañeros de trabajo, ¿amigos o enemigos?

Tus compañeros de trabajo, ¿amigos o enemigos?

Tus compañeros de trabajo, ¿amigos o enemigos?

Pasas con ellos más tiempo que con tu pareja y con tus hijos. A veces los amas. A veces los odias. Otras te gustaría, simplemente, que se callaran un ratito y se limitaran a hacer su trabajo. Son tus colegas de la oficina... ¿o son más bien tus enemigos?

En estas entrañables fechas nos reunimos con la familia y nos ponemos al día. Tu tía Encarna, la de Cuenca, a la que no verías jamás si no fuera por las cenas en las entrañables fiestas, te pregunta por cómo te va, qué tal en el trabajo. Y entonces tú suspirarás y dirás con expresión de hastío mientras miras a la lejanía…: “bueno, no me puedo quejar”.

Pero sí que te puedes quejar. Faltaría más. Todos nos quejamos de nuestros jefes, de hecho criticar al jefe es muy fácil…  pero ¿qué pasa con esos seres a los que llamas compañeros de trabajo? Esos con los que llegas a pasar más tiempo que con tu familia, y no digamos con tu tía Encarna, la de Cuenca.

Tus compañeros de trabajo pueden convertirse en tus amigos del alma o en seres a los que te gustaría asesinar de una forma lenta y dolorosa.

Si tus compañeros están convirtiendo tus 40 horas semanales en un auténtico suplicio, si ya empiezan a considerarlos tus archienemigos  y te estás planteando hasta cambiar de trabajo, no te preocupes, que en GlupGlup te ayudamos a decidirte con este práctico, utilísimo y totalmente riguroso test:

El perro se comió sus deberes

Pobre, todo le pasa a él. O se le va el metro en las narices, o ha pillado atasco, o resulta que no funcionaba el ascensor de su casa… el caso es que no hay día que llegue puntual. Lo mismo pasa con todo: no importa que la plantilla esté pendiente de él para la entrega de un informe, o que le haya tocado, por sorteo, ser quien compre un regalo para aquel que se jubila… algo le sucederá a este compañero que hará que no pueda hacer lo que le han encargado. Algunos empiezan a sospechar que no es todo lo malo le pase a él (se me colgó el ordenador, ¿no te llegó mi correo?, he perdido el disco duro…) sino que es un maestro en el arte del escaqueo. Si sufres a un colega así, suma 10 puntos.

Aquí la evidencia de que sí, el perro se comió los deberes.

El graciosillo

Hace que Arguiñano, en comparación, sea un maestro del humor. Le encantan los chistes malos y pasados de moda (siempre se ríe con el chiste del perro que se llama Mis Tetas), los videos de youtube de caídas… La jornada laboral la dedica a observar cuándo alguien deja el Facebook de su ordenador abierto, para colarse y cambiarle la foto de perfil con un culo peludo. Y el año a planear las bromas que os gastará a todos durante el 28 de diciembre. +10 puntos

El becario

El más preparado de toda la oficina, con diferencia. Habla varios idiomas, se maneja con las redes sociales como nadie, ha hecho un master, estudió un año en el extranjero y, además, trae pastas casi todas las mañanas. Y todo por un sueldo con el que tú no podrías ni pagar la guardería de tus hijos. Pero él está tan agradecido por tener trabajo y no tener que emigrar a Londres a lavar platos que sonríe todas las mañanas y te saca de todos los apuros que tengas con el manejo del Excel y de Java. -10 puntos.

El pelota

Seguidor de la máxima aquella de: ¿si un árbol cae en el bosque y no hay nadie allí para oírlo, se ha caído? El pelota dedica la mitad de su jornada laboral a hacer su trabajo y la otra mitad a hacer que se sepa. Como esos compañeros de piso que sólo lavan los platos cuando están los demás delante, para que haya testigos. También aprovechará la mínima oportunidad para halagar al jefe/a: las fotos de sus hijos, esa silla ergonómica nueva que se ha comprado y que parece un trono, reírle los chistes con una carcajada bien alta, que la oiga el jefe, que de eso es de lo que se trata. + 10 puntos

El objeto de tu deseo

Ése por el que te levantas todas las mañanas, lunes de invierno incluidos. En tu mente os lo habéis montado ya en el ascensor, sobre la fotocopiadora, en la fiesta de Navidad, en el despacho del jefe… En la realidad os saludáis, tú te pones colorada y poco más. Departamentos de recursos humanos de empresas del mundo, contraten siempre a un buenorro, aunque sea a tiempo parcial, aunque sólo sea para dejarse ver por los despachos y subir la moral de las empleadas. – 30 puntos.

Probablemente montárselo sobre una fotocopiadora no sea lo más cómodo del mundo, pero en nuestra fantasía está pero que muy bien.

El cuñado

Quizá eres de ésas afortunadas que, por ser hija única o por tener hermanas solteras, nunca ha sufrido a un cuñado. Pero un cuñado no es sólo el marido de tu hermana. Un cuñado es una forma de ser. Una forma de estar en el mundo. Un cuñado es el que vive para la liga de fútbol y los campeonatos de fórmula 1, el que consigue todo tipo de ofertas para luego contarlo y haceros sufrir a todos los demás durante la pausa del café. El cuñado es el contertulio de andar por casa, siempre tiene una opinión formada de todo y sabe más de todo que tú. Si aguantas a diario que este cuñado de la vida te diga cómo deberías hacer tu trabajo, cómo deberías conseguir un vuelo a Londres por 0.99 céntimos y hasta a quién deberías votar, suma 10 puntos.

 

¿Ya has hecho la suma?, ¿y la resta? Pues éste es el resultado:

Más de 30 puntos

Lo tuyo no es un trabajo. Lo tuyo es esclavitud. Lo tuyo es tortura. Lo tuyo deberían prohibirlo las Naciones Unidas. Charlton Heston encadenado, recibiendo latigazos, remando en el barco y luciendo torso sudado tenía mejor trabajo que tú.

Pobre Charlton, todas las dichosas Semanas Santas remando en el dichoso barco.

Entre cero y 30 puntos

Va a ser que cuando miras al horizonte y dices “pues no me puedo quejar”, llevas razón. Tus compañeros son capaces de sacarte de tus casillas, pero también a veces consiguen hacerte reír con el video del oso panda que estornuda. Y teniendo en cuenta que cambiar de trabajo es tan complicado como entender las reglas del béisbol (¿cuántas películas de béisbol hemos visto?, ¿alguna vez hemos entendido de qué va el asunto?), mejor quédate donde estás.

Menos de cero puntos

Entre el becario que trae bollos hechos por las amorosas manos de su abuela y ese compañero tan guapo y tan sonriente y amable que a veces, sólo a veces, te mira con sus ojos azules, tienes el mejor trabajo ever. Ya si consigues tu fantasía de ligarte al guaperas en la próxima cena de Navidad, podrás decir bien alto que tienes el mejor trabajo del mundo... y los mejores compañeros.

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Este artículo lo ha escrito...

Estíbaliz Burgaleta

Estíbaliz Burgaleta (Tudela, Navarra, 1976) en otra vida será bailarina de ballet clásico, será grácil como una pluma y tendrá oído musical. Pero en esta vida es guionista, cortometrajista y... Saber más...