Pies con memoria

Por Anita C.

Pies con memoria

¿Recuerdas cuando eras adolescente y tu madre sacaba indignada a la terraza tus Converse apestosas? ¿O con cuánto esfuerzo conseguiste ahorrar para comprar las botas Dr. Martens? Seguro que ellas podrían contar mil historias sobre ti pero quizá, lo que no sabes, es que estas marcas también tienen las suyas propias…

Calzado con historia

Era un clásico en las series de humor americanas tipo Friends, Alf o Los problemas crecen, incluir un capítulo revival con los mejores momentos de la temporada. Algo parecido me sucede a mí, cada vez que me paro por un escaparate y veo a las Chuck Taylor rojas de Converse o me cruzo con una jovencita en pitillos con sus preciosas Victoria.  Sufro un flash back de retazos de mi vida que terminan haciéndome sonreír. Si eres una sentimental como yo, estarás de acuerdo que en esos instantes la nostalgia se apodera de ti; nostalgia, por un pasado libre de responsabilidades ni complicaciones, en el que simplemente eras feliz con llevar unas zapatillas súper molonas, combinaran con el resto de tu vestuario o no, porque sólo tenías ese par y por la cuenta que te traía, deberían durarte varios años.  ¿Volverías a vivir tu pubertad, adolescencia y juventud? Probablemente no. Pero si sonríes cuando ves unas Converse o unas Dr. Martens relucientes en el arcaico Corte Inglés, de algo puedes estar orgullosa: tuviste una vida feliz y todavía te queda un largo recorrido por hacer.

Mi idea es que descubras qué calzado ha hecho historia y puedas reconstruir la tuya. ¿Te animas?

Si tus primeras 'Converse' hablaran, tus padres te desheredarían.

 

Converse Chuck Taylor All Star 1970

Probablemente te acompañaron en tu adolescencia y principios de tu juventud y hayan vuelto a tu armario, desde hace más de ocho años. Aunque cualquier nacido en los setenta las ama profundamente, sus madres seguramente las recuerdan con una mueca de asco. Imagínate: aparecieron en la peor etapa de su hijo/a: en torno a los dieciséis, cuando ellas insistían para que te pusieras un calzado de  hombrecito o de señorita y nosotros/as con todas las feromonas a tope, elegimos unas zapatillas que tufaban a toda la familia y que te negabas a lavar porque cuanto más costrosas más molaban.  Llegó un momento en el que mirabas cualquier edificio del barrio y era un clásico ver Converse de colores, apoyadas en el alféizar de las ventanas. ¡Era guay del Paraguay!

Su historia:

En imperio Converse nació en 1908, Massachusett cuando el señor Marquis Mills Converse abrió su primera fábrica de calzado. Diez años después, el fabricante decidió explorar nuevos diseños y crear un diseño de zapatillas para hacer deporte con material de lona sin llegar a  imaginar que la estrella del baloncesto de aquella época, Chuck Taylor se haría fan incondicional y acabaría poniéndolas de moda entre sus compañeros jugadores, el resto de equipos y los jóvenes americanos. Esta no-estrategia de marketing tuvo tantísimo éxito que en 1923 el baloncestista acabó siendo el representante de la firma y su modelo favorito recibió el sello que llevaba su nombre: Chuck Taylor All Star. Sin embargo, no fue hasta mediados de los sesenta cuando se desligó del deporte y se convirtieron en una pieza clave del estilo casual con un toque rebelde. De ahí que otro tipo de estrellas como James Dean, Elvis Presley y John Lennon  o The Ramones volvieran a ponerlas en lo más alto entre sus seguidores.

 

Así las llevan las celebrities de ahora:

 

Las zapatillas Victoria

Eran las zapatillas de nuestra infancia que curiosamente, sólo las han seguido utilizando las abuelas y que ahora se han convertido en un icono fashion. Las recuerdo por ser todo un básico de verano: ideales para que se llenaran de arena en el parque, para frenar con el pie la bicicleta y dejarte en el asfalto media suela. Con las Victoria todos hemos pasado momentos inolvidables jugando al rescate, a la goma o la cuerda pero también, por su culpa, nos han caído buenas regañinas, como aquel día que las estrenaste y te metiste bajo un coche a coger la pelota y apareciste en casa con ellas llenas de grasa; o aquella ocasión que te caíste y tu dedo meñique se asomaba aterrorizado por el agujerito por miedo de que le viese tu madre. ¡Ojo! Eran tiempos en los que las madres las podían recoser pero ahora, ¿quién puede arreglar las Nike de su hijo?

Su historia:

¡Ni te imaginas lo romántica que es! Se remonta al 1915 en La Rioja, cuando su fundador, un tal Gregorio creó las primeras sneakers y las bautizó con el nombre de su recién esposa: Victoria. Desde entonces generación tras generación hemos llevado el nombre de esta señora debajo de nuestro tobillo. Menos mal que Victoria es un nombre bonito porque si la doña se hubiese llamado Ramona, no sé yo, si hubieran tenido tanto éxito.

Así las llevan las celebrities de ahora:

Nota: Taylor es la imagen de las zapatillas Keds, el equivalente a nuestras Victoria. 

 

Las botas Dr. Martens

Desde los años sesenta se han convertido en un referente de rebeldía, subcultura juvenil y de la música punk y rock. Para los grunges de los noventa -ya sabes, aquellos que tenían más grasa en el pelo que en el cuerpo- estas botas, se convirtieron en un imprescindible. Sobre todo, si ibas a un festival independiente, a ponerte de barro hasta las orejas y orinar en una caseta portátil, donde el suelo era un charco de fluidos de diversos orígenes con una profundidad de diez centímetros. La verdad es que las ‘8 holes’ eran duras (te hacían ampollas del tamaño de Texas) y tan resistentes, que podías pasar con ellas fácilmente los cinco años de carrera.  Para las chicas, además eran un arma de defensa en toda regla. Podías dar una patada en la espinilla a un tipo de dos metros si en un concierto te tirabas del escenario y te agarraba donde no debía.

 

Su historia:

Cuenta la leyenda que sobre 1945, un médico de Munich, el Dr. Klaus Maertens se lesionó un tobillo mientras esquiaba en los Alpes. Durante su convalecencia, decidió que las botas del ejército eran demasiado rígidas y que crearía unas botas más flexibles con suelas con cámara de aire. Su amigo, el Dr. Herbert Funck en Munich descubrió que el diseño de su colega se podría mejorar confeccionando las suelas de caucho y fue entonces cuando mejoraron las ventas. ¿Quiénes las compraron? Alucina, vecina: mujeres de 40 años y amas de casa (¿y ahora no te atreves a calzarte unas?).

Cuando ambos médicos decidieron exportar sus diseños, el fabricante de zapatos británico R. Griggs compró la patente. También dejaron de ser botas Maertens por Dr. Martens, al parecer porque el nombre sonaba más comercial. Poco a poco se convirtieron en el calzado estrella de la clase obrera de los sesenta y como no podía ser de otra forma, parte de la estética de los skinhead (la evolución de los mods) de aquella época.

Pero sin duda, las Dr. Martens subieron al estrellato de la mano de Pete Tonwshed: el guitarrista y teclista de The Who se las calzó en un concierto sobre el escenario para demostrar su afiliación a dicha clase social. A partir de ahí, la historia de este calzado se ha ido entrelazando con la música (punk y rock) y con sus iconos como Kurt Cobain que sin quererlo ni beberlo, ha sido embajador de unas botas de estilo obrero para bolsillos de burgueses.

Así las llevan las celebrities de ahora:

 

La botas amarillas Timberland

Siempre se han vendido a precio de oro y todavía siguen haciéndolo. Quizá por eso les gusta tanto a los raperos de ahora. Sin embargo, hace más de dos décadas iban unidas a un look muy concreto: los pantalones Levi’s 501 y la camisa de cuadros de franela (al ser posible, abierta sobre una camiseta). Por si no te acuerdas, Brandon y Dylan, los chicos de Beverly Hills 90210 (Sensación de vivir) nos hacían suspirar con sus botas de montaña en plena California. Y mientras ¿los jóvenes españoles qué llevábamos? Con un poquito de suerte, las Panama Jack (made in Elche) y los que estábamos gafados unos horribles pisañordas color diarrea. 

 

Su historia:

El fundador de lo que ahora se conoce como Timberland, fue un emigrante ruso llamado Nathan Swartz, que comenzó a fabricar zapatos de piel en Boston en 1918. Cuando su socio murió convirtió su pequeña fábrica en un negocio familiar inculcando la profesión a sus hijos. Las nuevas generaciones de Swartz descubrieron que en esos años sesenta, no existía un calzado hecho con piel y que fuera muy resistente al agua. Así que investigaron nuevas técnicas e innovadores diseños hasta dar forma a las originales botas amarillas de piel auténtica, sin costuras y cien por cien impermeables: en definitiva, lo que ahora conocemos como botas de Timberland.

Así las llevan las celebrities de ahora:

 

Las botas de lluvia Hunter

Hoy en día parece que si no llevas una botas Hunter no eres nadie de hecho, miles de marcas la imitan y muchas otras luchan por desterrarlas. ¿Qué tienen de especial? A simple vista no son más que unas katiuskas y de hecho, en invierno se te pelan de frio los pies y en la oficina se te cuecen al vapor como mejillones. Es verdad que están hechas de caucho vulcanizado (no preguntes que es eso, porque no lo sé ni me interesa) y que son muy resistentes pero tampoco las urbanitas caminamos horas entre pantanos. Así que, me atrevo a decir que la verdadera idiosincrasia de las Hunter es que fueron elegidas por Kate Moss para su outfit en Glastonbury 2005. Todas la vimos: tan divina, con sus botas de lluvia y en shorts.  ¿Y qué pensamos el resto de las humanas? Que con las Hunter nuestras piernas también podrían parecer verdaderos palillos. El shock vino cuando fuimos a comprarlas a la tienda. Todavía escucho los gritos de mi madre: “¿Qué has pagado esa pasta por unas botas de pescadero? ¡¡Insensata!!¡ Con lo que te cuesta ganarloooo!”.

 

Su historia:

Su origen asciende al año 1856 cuando el empresario americano Henry Lee Morris llega a Escocia y monta su primera fábrica de botas. La mayoría de sus ingresos llegaron durante la Primera y Segunda Guerra Mundial cuando el ejército británico le encargó más de un millón de botas de agua, de un material resistente y de caña alta. Sin embargo no fue hasta el año 1955 cuando la empresa Hunter no creó el que fue y es su modelo más popular: la bota Green Wellington. Este diseño se adaptaba perfectamente al estilo de vida inglés y por su puesto a su clima y terminó convirtiéndose en el calzado clave para los cazadores de patos y para los miembros de la casa real británica. De hecho, muchos piensan que fue Kate Moss la culpable de la moda-Hunter, pero no fue así. Quién las puso en lo más alto fue Lady Di, al posar en 1981 con su prometido el príncipe Carlos.

Así las llevan las celebrities de ahora:

Y por último, las botas Ugg Australia

Poco estéticas, muy calentitas y sobre todo, muy deseadas incluso en un país como el nuestro donde los inviernos no se caracterizan por temperaturas extremas. Pero da igual porque la marca UGG se lo montó muy para conquistar a medio mundo. No se las regaló a un esquimal ni a una celebridad noruega. Fue directa a las celebs de Los Ángeles para que todas viéramos cómo Kate Hutson, Jennifer Aniston o Pamela Anderson paseaban con ellas a 30 grados. Con esta estrategia, Ugg Australia captó la atención de las españolas y, el Aarg! que la revista Cuore le plantó a Britney por llevarlas con un vestido de tirantes, se convirtió en un Guau! para nosotras. Por supuesto pocos recuerdos atesorarás de estas botas porque no fueron archiconocidas hasta el 2007, pero seguro que en el futuro tus hijos y tus nietos podrán contar mil aventuras.  

 

Su historia:

El origen del diseño de estas botas y de su fabricación no está del todo claro, al igual que su nombre: no sabemos si las siglas Ugg hacen referencia a ugly (por feas), hugs (porque abrazan la pierna) o flying ugg boots (botas ugg para volar). Algunos aseguran que fueron utilizadas por los aviadores de la Primera Guerra Mundial y por los habitantes de las zonas rurales australianas. Pero lo que al menos cuenta la marca es que  en la década de los sesenta, estas botas se hicieron populares entre los surfistas porque las utilizaban para mantener los pies calientes después de salir del agua, entre sesión y sesión de surf. Años después, en 1978, el surfista australiano Brian Smith llegó a California con sus botas de piel de oveja y decidió comercializarlas. Poco a poco Ugg Australia fue creciendo y se convirtió en un calzado de lujo gracias a sus madrinas, las celebs. 

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Este artículo lo ha escrito...

Anita C.

Anita C. (Madrid, 1974). Redactora freelance de moda y belleza y madre de un niño y una niña. No le da vergüenza admitir, que no lleva nada bien lo de cumplir años, ni pasar todas sus tardes... Saber más...